En el octavo día del juicio que el Juzgado Especializado para una Vida Libre de Violencia y Discriminación contra las Mujeres instaló contra 13 imputados, correspondió al criminalista de la Fiscalía General de la República, Israel Ticas, en su condición de perito forense, explicar a la jueza cómo fue el proceso de recuperación de los restos del cadáver de la agente Carla Ayala.

A su llegada, el perito dijo a los periodistas que no podía brindar mayor información sobre su exposición en la jornada judicial para la que fue citado, por tener “reserva total el caso”, lo que impide que terceros tengan acceso a sus diligencias.

Ticas tardó dos días en recuperar cada uno de los restos del cadáver de la agente Carla Ayala que se encontraba semienterrada en caserío Los Ríos, del cantón Los Hornos del municipio de San Francisco Javier en Usulután en septiembre de 2018, tras 266 días que permaneció desaparecida.

También declaró un perito del Instituto de Medicina Legal, quien fue encargado de realizar estudios antropológicos al cadáver de la víctima. El testigo describió las lesiones encontradas al cráneo y del estado del esqueleto.

Otros fueron el encargado de las transcripciones de audios de las llamadas realizadas por los acusados y un arquitecto de la Fiscalía, quien funge como perito y analista de de extracción de información.

Algunos abogados consultados manifestaron que hasta el martes habían declarado un total de 16 testigos y si el miércoles pasaban los previstos, la cifra aumentaría a 23, de un total de 100.

Agregaron, que los testigos, en su mayoría policías, no han dicho más que ratificar sus declaraciones ofrecidas previamente durante el proceso, excepto uno, que era el excomandante de guardia del Grupo de Reacción Policial del 29 de diciembre de 2017, día en que fue asesinaron y desaparecieron a la agente Ayala.

Aparentemente, el agente policial entró en contradicción en al menos cinco ocasiones con respecto a sus declaraciones anteriores sobre el tema y la Fiscalía lo reprendió; al tiempo que le advirtió que de continuar así podía ser procesado penalmente.