Los hermanos fueron despedidos por familiares y amigos.


Decenas de familiares, vecinos y amigos de Karen y Eduardo Guerrero Toledo asistieron ayer al funeral de los jóvenes que habían desaparecido en septiembre pasado y cuyos cuerpos fueron descubiertos en una fosa común el 23 de diciembre en Nuevo Cuscatlán.

Entre llantos y mucho dolor, la madre de los jóvenes, Dina Ivette Toledo, agradeció a Dios por haber contestado sus plegarias de encontrar a sus hijos y poder darles cristiana sepultura.

“Es triste y doloroso, no hubiera querido encontrarlos de esta manera. Siempre hay una esperanza de madre que quiere que las cosas sean diferentes”, reflexionó la señora Toledo.

La madre afirmó que en el calvario de la desaparición de sus hijos, pidió al “Ser Supremo” que quería recibir a sus hijos como fuera su voluntad. “Quiero encontrarlos como Dios me los quiera dar, pero quiero encontrar a mis hijos”, fue su clamor.

Ahora que les daba cristina sepultura, dijo “agradecer a Dios que me ha dado toda la fuerza y fortaleza para poder encontrar a mis hijos, después a quienes me apoyaron en momentos que no sabía qué hacer y me sentía sola, a la prensa que me ayudó a extender mi búsqueda, a las organizaciones sociales que me ayudaron en muchas áreas, a las personas que mostraban su solidaridad conmigo; y a la Presidencia porque ellos terminaron cancelando todos los gastos fúnebres en su totalidad”, detalló.


Oraciones


La abuelita de Karen y Eduardo, destacó que ella había pedido al Señor que no finalizara este año antes de encontrarlos “que les diera ese regalo de encontrar a sus nietos y Dios nos ha dado respuesta; estamos agradecidos con quienes estuvieron pendientes, familia y amistades y quienes nos ayudaron a buscarlos”.

El abogado Pedro Cruz, de la Asociación Salvadoreña de los Derechos Humanos de los Desaparecidos afirmó que este es un momento “de solidaridad con la familia doliente, un momento de apoyo y más adelante vendrán otros momentos y otros espacios en los que podemos seguirles ayudando”.


Dolor y recuerdos.


Bryan Barrera, profesor y amigo de la familia se refirió a los jóvenes Karen y Eduardo; “ellos me marcaron la vida y a la fecha lo seguirán haciendo, los vamos a extrañar… solo nos queda aprender a vivir sin ellos”.

“Doy gracias a Dios por cada cosa que ellos sembraron en la nosotros, por la gente que ellos pudieron cambiar y a Kareth (su madre) por habernos dado esa gente tan maravillosas que nos llenaron de muchas alegrías”, dijo el profesor.

Barrera añadió que con Eduardo y Karen trabajaron muy de cerca en las actividades de la Iglesia Peniel, “Eduardo siempre fue una persona dedicada a las cosas muy buenas, se quedaba muy noche decorando la iglesia y andaba para arriba y para abajo muy alegre, todos nos conocíamos en el colegio (Liceo Cristiano Flavio Josefina) no había ninguno que no nos conociéramos y es un dolor grande, pero estoy seguro de que nos vamos a encontrar en el cielo”.