Los secuestros formaron parte de los episodios más oscuros de la guerrilla salvadoreña. Los grupos insurgentes de izquierda, que luego conformarían el FMLN, secuestraron empresarios y funcionarios nacionales y extranjeros, en muchos casos los asesinaban a pesar de cobrar rescate.
Uno de los casos más sonado fue el asesinato el 8 de octubre de 1980 del embajador sudafricano en San Salvador, Archibald Garner Dunn. La guerrilla de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), se hizo responsable de su plagio en noviembre de 1979 y eventualmente, de su asesinato unos 11 meses después, jamás ha revelado dónde quedó el cuerpo.
Dunn fue secuestrado el 28 de noviembre de 1979, la edición vespertina de Diario El Mundo publicó ese día la noticia del plagio a las 12:20 del medio día, al salir del Edificio Panamericano.
Una señora que no quiso dar su nombre, pero que dijo que había presenciado el secuestro, manifestó que el diplomático iba a abordar su carro, un Cadillac negro, para lo cual su motorista le abrió la portezuela de atrás, cuando aparecieron varios jóvenes armados y lo introdujeron a otro vehículo, notando ella que el diplomático se había desmayado. 'Fue cosa de tres minutos', dijo". Edición de Diario El Mundo del 28 de noviembre de 1979.
Los guerrilleros pidieron $2 millones como rescate y en las negociaciones participaron el arzobispo de San Salvador de la época, monseñor Óscar Arnulfo Romero y don Ernesto Rivas Gallont. La guerrilla terminó ejecutándolo.
Una publicación del 10 de octubre de 1980, documentó cómo las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) confirmaron el asesinato del embajador sudafricano en El Salvador, Archibald Garner Dunn.
Nunca revelaron paradero del cuerpo
Durante el conflicto armado, las organizaciones guerrilleras hacían llegar comunicados a los medios de comunicación. Ese día, el comunicado entregado a Diario El Mundo, la organización señala que se reservaban el derecho "de no dar a conocer dónde se encuentra enterrado el cadáver del señor Archibald Garner Dunn y lo hará en el momento que lo considere oportuno. Nunca llegó ese momento.
Según la nota escrita en ese momento, el comunicado tenía fecha 8 de octubre de 1980 y confirman que habían asesinado al diplomático. Previamente, señalan que el hijo del embajador "dilató las negociaciones".
"Después de meses de negociación se llegó a un acuerdo con la familia habiendo rebajado notablemente de nuestra parte, las exigencias iniciales, pero el hijo encargado por parte de la familia para dichas negociaciones, fue poniendo cada vez más obstáculos y maniobras en el cumplimiento de las exigencias puestas por las FPL".
Y agregaron: "A diez meses de tácticas dilatorias, nuestra organización se vio obligada a fijar un plazo irrevocable para que se cumpliera con la exigencia planteada. Ante esta nueva situación la maniobra del hijo del señor Dunn se volvió a manifestar por lo que nuestra organización, con la seriedad con la que se caracteriza procedió al ajusticiamiento del señor Dunn, al cumplirse el caso fijado".
En marzo de 2009, el hijo del asesinado embajador, Robin A. Gardner Dunn, le escribió una carta al entonces candidato a la vicepresidencia, Salvador Sánchez Cerén, en el que le pedía que revelaran el paradero del cuerpo de su padre, para darle cristiana sepultura. La carta nunca fue respondida.
Sánchez Cerén fue intimado por el caso
Nunca se juzgó a nadie por este caso pero en julio de 2018, la Corte Suprema de Justicia ordenó intimar al entonces presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén luego que la Sala de lo Constitucional admitiera un Hábeas Corpus (exhibición personal) para que él, en su calidad de comandante de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), entregue la información de dónde están los restos del embajador de Sudáfrica.
Para esto, la Sala nombró al juez ejecutor Carlos René Gaitán Martínez, para que lidere el proceso de intimar y recolectar la información que el ahora mandatario pueda entregar a la familia del embajador Gadner, quienes son los demandantes.
El gobierno argumentó que Sánchez Cerén “no pertenecía a la dirección” de las FPL y era “un líder magisterial” en 1979, cuando ocurrió la desaparición forzada del diplomático.
El comunicado oficial dijo entonces que una investigación de la Comisión de la Verdad “no mencionó al profesor Salvador Sánchez Cerén” y señaló que esta resolución “tiene un propósito político de dañar la imagen del Presidente”.