La Policía Nacional Civil ve con más posibilidades que el homicidio en contra del sacerdote, Walter Osmir Vásquez Jiménez, se haya tratado de un hecho planificado y no de un robo de pandilleros, según apuntó ayer el director de la corporación, Howard Cotto.
“De acuerdo a lo que nosotros hemos visto una operación que pudiera ser de sicariato. No hemos descartado el robo porque hay elementos que hacen falta profundizar, pero vemos, a medida que las horas pasan con más fuerza, un hecho planificado tendiente a matarlo y que el robo haya sido el pretexto para matarlo”, dijo Cotto después de una entrevista televisiva.
El jefe policial señaló que entre las hipótesis que investigan también están posibles amenazas que habrían hecho al sacerdote, previamente; sin embargo no reveló quienes las hicieron. Cotto también dijo que en la zona donde el prelado fue acribillado hay presencia de la MS-13, pero en un lugar cercano, también hay presencia del barrio 18.
La tarde del pasado jueves 29 de marzo, día en que la iglesia católica recuerda la última cena de Jesucristo, Vásquez Jiménez fue interceptado cuando se conducía en un vehículo, en el cantón Las Ventas, de Lolotique, en San Miguel.
El prelado se dirigía a celebrar una misa y cuando fue interceptado robaron sus pertenencias y se lo llevaron a un lugar aislado donde le dispararon; el sacerdote herido habría logrado escapar, pero sus victimarios lo alcanzaron, dándole muerte. El pasado domingo 1 de abril, los jerarcas de la iglesia católica salvadoreña exigieron justicia durante la misa de cuerpo presente, previo al entierro del sacerdote.
“De esta parroquia debe surgir algo para superar esta situación, así como superamos la guerra. Padre Walter tú diste ya tu parte, que Dios te bendiga y que descanses en paz”, dijo el cardenal Gregorio Rosa Chávez, el domingo.