Miles de centroamericanos que se han encaminado rumbo a Estados Unidos, en caravanas, desde octubre de 2018 se han encontrado con un calvario en la frontera sur de Estados Unidos, específicamente, en la ciudad mexicana de Tijuana.

Debido a la cantidad de migrantes que la ciudad del norte de México ha recibido, los albergues no tienen tienen la capacidad de acogerlos y tampoco de prestarles las condiciones adecuadas, según describió Karla Castillo, asistente humanitaria de la organización Ángeles de la frontera.

Castillo relató que los migrantes viven precarias condiciones y muchos esperan su proceo para solicitar asilo durmiendo en tiendas de campaña en plazas públicas de la ciudad.

No tienen agua potable, tampoco un abrigo adecuado para soportar las bajas temperaturas y la alimentación es proveída, en ocasiones, por organizaciones humanitarias que velan por los derechos de los migrantes.

Según relató la asistente de Ángeles de la frontera, en los próximos días las autoridades mexicanas desalojarán el albergue de El Barretal que aloja a unos 2,000 centroamericanos. “Es una medida de presión para que puedan ir abandonando la ciudad y para ir desincentivando a que más personas vayan llegando”, señaló.

Castillo relató que a pesar del anuncio que hizo el gobierno mexicano de dar un giro de timón a su política migratoria, en Tijuana se sigue criminalizando a los migrantes, porque hay más policías que personal de atención humanitaria.



Desinformados

Según la organización Ángeles de la Frontera, los migrantes centroamericanos llegan con la expectativa que podrían ingresar a Estados Unidos al viajar en caravana, pero dicho país no abrirá su frontera y cada uno debe hacer el proceso de asilo de forma individual.

Actualmente, la ley internacional establece que la pobreza no es una razón para obtener asilo; éste puede ser otorgado por motivo de raza, opinión política, nacionalidad, religión y grupo particular social; los salvadoreños en su mayoría encajan en este último, cuando huyen de la persecución de las pandillas.

Otra preocupación de Ángeles de la frontera es que los centroamericanos llegan sin conocer que Tijuana, la ciudad fronteriza con los Estados Unidos, es muy violenta, con altos índices de homicidio y con mucha exposición a cárteles de la droga que ya han amenazado a los migrantes que están en los albergues. De hecho, centroamericanos ya han sido asesinados en ese lugar.