La directora del Programa de Alfabetización, María Angélica Paniagua, aseguró que en algunos casos, los promotores que verifican el proceso de aprendizaje de la población alfabetizada tienen problemas para ingresar a los territorios por el dominio que ejercen las pandillas.
“Es imposible no encontrarse algunas zonas donde las pandillas tengan dominado el territorio y decidan que no se puede ingresar. Lo que hacemos es coordinar con los directivos de los barrios, colonias donde haya esa necesidad”, enfatizó Paniagua.
El programa es monitoreado por promotores a nivel nacional. Ellos son los encargados de verificar el proceso de aprendizaje de cada uno de los círculos de alfabetización en los diferentes municipios. A diferencia de los voluntarios que orientan las clases del programa, los promotores no viven en la comunidad alfabetizada por lo que deben desplazarse en diferentes zonas que son asediadas por las pandillas.
Paniagua enfatizó que, “los voluntarios no tienen problemas porque ellos viven en la comunidad, pero los promotores sí. Los promotores si tienen problemas para desplazarse en algunos territorios porque ellos viven en una zona pero deben llegar a otros territorios y en algunos casos han tenido la necesidad de coordinar con algunos líderes comunales cuando van a llegar al territorio para tener acceso a la zona”.
Obstáculos para aprender
Cuando se declara un municipio libre de analfabetismo, en la mayoría de los casos, esto no quiere decir que el 100 % de la población sabe leer, escribir y realizar cálculos matemáticos simples; en realidad, el municipio puede ser declarado una vez que la alfabetización alcanzó al 96% de la población.
Según Paniagua, hay personas que enfrentan situaciones como enfermedades terminales a las que el programa no puede atender. Las personas que tienen problemas con el alcohol o la drogadicción deben tratar sus padecimientos antes de ser integrados al proceso y asegura que no se trata de discriminación, sino más bien de la seguridad de todos los demás integrantes. Esas personas constituyen el 4 % que quedan fuera.
“Hay personas a las que no se puede obligar. Las llamamos personas renuentes, son las personas que no quieren por más que se les pida. Algunos hasta nos amenazan diciendo que nos va a mandar a al policía diciendo que mucho los molestamos”, aseguró Paniagua
También están los reclamos. Paniagua recordó que en una ocasión alguien le dijo: “Por qué vienen hasta hoy, por qué no vinieron antes, cuándo yo estaba más joven, que yo podía haber sido un médico o una enfermera o un profesional”.
La proyección del programa para 2019 es declarar El Salvador libre de analfabetismo . Esto implicaría atender más personas de las que se atienden en este momento y contar con el apoyo de más actores. A cada persona que ayuda a alfabetizar se le entrega un paquete de cartillas con una guía metodología y una guía de registros, más un audioplayer donde escuchan la lección.