“Debe mantenerse una vigilancia muy cercana de todas las zonas, de casas, de barrios, de municipios, que con un caso que se detecte, ya es cosa de alarma y de activar todos los mecanismos de control. Eso quiere decir que el sistema de salud que va a estar prevenido para detectar la fase de brote va a evitar que hayan segundas o terceras olas”, dijo ayer el infectólogo salvadoreño, Jorge Panameño.
El epidemiológo salvadoreño, Alfonso Rosales, agrega que para limitar la transmisión del virus es importante hacer más pruebas, con una estrategia definida en los lugares donde el virus se ha centrado como San Salvador, Mejicanos, Soyapango, Ilopango, Ciudad Delgado, también organizar a las comunidades.
“Yo creo que los médicos y enfermeras de atención primaria, los agentes de atención primaria tienen que tener un papel más fuerte, más predominante en lo que es la identificación temprana de casos, rastreo, contactos, aislamiento, etc. Incluso en el testeo”, explicó Rosales.
A partir de la segunda quincena de junio, el país empezó con un incremento considerado de casos diarios de covid-19 sobrepasando los 100. Hasta el momento, la pandemia que empezó el 18 de marzo ha dejado 724 muertos a causa del virus.
Sin embargo, los datos diarios han estado en tela de juicio para una evaluación epidemiológica objetiva, y según el infectólogo, Iván Solano, es importante recobrar la credibilidad en los datos, hacer un adecuado manejo de ellos, por parte de técnicos.
El 28 de mayo, el ministro de Salud, Francisco Alabí, anunció que el país entró en la fase de contagio masivo del virus y los hospitales estaban a punto de colapsar. Por ello, desde el inicio de la pandemia el gobierno anunció la construcción de un hospital especializado, ahora hospital El Salvador, ubicado en Cifco.
Para el epidemiológo, Alfonso Rosales, fue bueno ampliar la capacidad hospitalaria del país para atender a los pacientes contagiados, pero el fallo es no tener personal para atenderlos: intensivistas.
“Ver como se pueden seguir trayendo médicos de otros lados o hacer una estrategia de capacitar rapidamente a médicos internistas para que puedan funcionar como intensivistas, o por lo menos apoyar a los intensivistas”, manifestó Rosales a Diario El Mundo.