El Salvador, en la actualidad, posee siete sitios Ramsar, un acuerdo intergubernamental que trabaja en la protección, conservación y uso racional de zonas de tierras, generalmente planas, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitentemente, a lo que la Convención Ramsar llama humedales.
El Jocotal es uno de estos humedales protegidos, al igual que el Complejo Bahía de Jiquilisco, el embalse Cerrón Grande, la laguna de Olomega, el Complejo Barra de Santiago y el Complejo Jaltepeque; juntos conforman un área de 207,387 hectáreas, las cuales cubren un aproximado del 10 % del territorio Salvadoreño.
Según dicha convención, los humedales son vitales para la supervivencia humana. Son uno de los entornos más productivos del mundo, y son cunas de diversidad biológica y fuentes de agua para innumerables especies vegetales y animales que dependen de ellos para subsistir.
El Jocotal es un espejo de agua mansa que sirve como aeropuerto para aves migratorias de todo el mundo, y que utilizan al inquieto volcán Chaparrastique como punto de orientación para encontrar la laguna.
Entre las aves, también están las que llegaron para quedarse, como el pato Cormorán Neotropical, mejor conocido en el país como el Pato Chancho. Desde 2013, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), le considera una de las especies de aves acuáticas invasoras más abundantes en los humedales de El Salvador.
De acuerdo al MARN, cada Pato Chancho consume un promedio de 0.51 kilogramos al día de pescado, principalmente Tilapia por lo que arrasa con la biodiversidad del espejo de agua y desequilibra el ecosistema; éste se alimenta en grupos y se reproduce en colonia. El incremento desmedido de esta ave lo ha convertido en una especie de plaga.
El Pato Chancho adulto llega a medir 66 centímetros, pesa un kilogramo y le gusta habitar en zonas de aguas claras y poco profundas, con lo que El Jocotal se convierte en un área de casi cinco hectáreas ideal para la habitación.
No es el único que se arraigó a la laguna. El Jacinto de agua o ninfa, es una planta acuática que se ha proliferado en El Jocotal.
La también llamada ninfa tiene sus raíces profundas esparcidas por todo el humedal, al igual que los demás problemas a los que se enfrenta el depósito natural de agua.
El jacinto tiene una alta capacidad reproductiva y provoca la formación de colonias densas flotando en el agua.
La sobrepoblación de ninfa reduce el flujo de agua en los embalses donde se encuentra, la cantidad de oxígeno en el agua, no permite la navegación, las especies y el crecimiento de otras plantas acuáticas.
La maleza reverdece el paisaje en la laguna, pero en las profundidades se crea una especie de red que no permite el flujo libre de los peces, dejándolos apresados y esta es la principal causa de mortandad de especies en el humedal.
JICA en la actualidad ejecuta un proyecto para el Manejo Integral de los Humedales en El Jocotal y la Laguna de Olomega, que se extiende desde Chirilagua, San Miguel, hasta El Carmen, en La Unión.
El proyecto tendría una duración de cinco años y una inversión aproximada de $4.5 millones. El MARN y JICA firmaron el acuerdo de entendimiento desde 2015 y en octubre de este año inició la primera fase del trabajo conjunto.
En los alrededores del depósito de agua habitan 19, 500 personas a las que se pretende concientizar y capacitar sobre la conservación del espejo de agua, puesto que las prácticas contaminantes de la población están influyendo en la reducción de la laguna, tanto en superficie como en profundidad.
En diversos puntos de la periferia de El Jocotal, el MARN identificó la acumulación de desechos sólidos producto de la basura de las diferentes comunidades.
La laguna se refuerza con el caudal del Río Grande de San Miguel y de algunas quebradas que bajan del Chaparrastique; estos flujos de agua traen consigo residuos orgánicos, lixiviados de basura, agroquímicos, estiércol de ganado y todo un conjunto de sedimentos que encuentran final de recorrido en El Jocotal, con su red de raíces de ninfa que captura todo en las profundidades.
La pesca desproporcionada también es un problema. No hay una cantidad límite de pesca, no hay temporadas específicas en las que se prohíba pescar, y a pesar de la sobreexplotación y muerte de peces producto de la ninfa, no hay iniciativas comunales de repoblación de la laguna. Por lo anterior, JICA trabaja en la conformación de un marco institucional que permita a los pobladores controlar los recursos que se extraen, así como limitar las acciones contaminantes.
Herramientas del proyecto
El Decreto Ejecutivo No.54
Estableció la conformación del Comité Nacional de Humedales el 8 de septiembre de este año.
Acuerdos
Establecidos por los comités locales de Laguna El Jocotal, en San Miguel y Laguna de Olomega, en San Miguel y La Unión.
Elaboración
De una guía para la conformación de comités locales de Ramsar y otros humedales en El Salvador.
19,500 habitantes
Que viven alrededor de El Jocotal serían capacitados por JICA para el aprovechamiento adecuado de la Laguna en San Miguel.
$4.5 millones
De inversión en proyecto de capacitación y empleo del modelo de de cuido conservación de la laguna.