Magdalena Lucha viuda de Cabrera, la última integrante que no ha sido juzgada de la denominada estructura “Viudas Negras” fue enjuiciada ayer en el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador por seis delitos: trata de personas en la modalidad de explotación sexual, matrimonio forzado en perjuicio de víctimas con régimen de protección con claves “Mónica, Brito y Mateo”.

Asimismo por los delitos de agrupaciones ilícitas, suplantación y alteración del estado familiar en perjuicio de una menor de edad, estafa agravada en perjuicio de un banco y el delito de proposición y conspiración para asesinar a Melvin Reyes Rosa.

La estructura de las "Viudas Negras" se caracterizó por el matrimonio forzoso entre hombres y mujeres que reclutaban, los obligaban a contratar una póliza de seguro de vida y la finalidad era posteriormente asesinar al cónyugue para luego hacer efectivo el seguro.

Cuatro mujeres y tres hombres fueron condenados por el Juzgado Especializado de Sentencia A, a penas de 15 y 30 años de prisión, el 18 de mayo de 2019.

Los hechos que se imputan a Lucha viuda de Cabrera ocurrieron en San Marcos, al sur de San Salvador donde la víctima "Mateo" fue contratada para cuidar un niño, en Santa Ana, y se vio involucrada en el delito de trata de personas y en Ahuachapán en el homicidio de Reyes Rosa.

“Mateo”, una de las víctimas, ha afirmado que Lucha Viuda de Cabrera era parte directa en el modo de operar de la organización, cuya misión era engañar a las víctimas con ofrecimientos de empleos domésticos para luego ser obligadas a casarse y así obtener seguros de vida.

En 2014, “Mateo” recibió una oferta de empleo por parte Perla Azucena López, quien la llevó a la casa de habitación de Lucha Viuda de Cabrera y Esmeralda Aravel Flores Acosta, siendo esta última la jefa de las “Viudas Negras”.

La casa estaba ubicada en la colonia Santa Fe, San Marcos, San Salvador; Flores Acosta le ofreció cuidar a su hijo de aproximadamente 11 años, le dijo que le pagaría $150 mensuales, la víctima accedió.

Pasado un año, la jefa de la banda le explicó que se dedicaba a casar personas. “Esmeralda Aravel le dijo que trabajaba de casar a las personas, que ya tenía al hombre con quien la víctima se iba a casar (…) que después que se casaban mataba al hombre para cobrar un seguro de vida”, se lee en el requerimiento referencia 26-UTIP-2017.

Le ofreció $13 mil, y luego le pidió los documentos para iniciar los trámites. “Mateo” no se negó por miedo a que la asesinaran.

Una vez concretado los trámites, “Mateo” conoció a Edgar Kriohna Gutiérrez Hernández y el 24 de julio de 2014 se casaron en las bodas colectivas que realizó la Alcaldía de San Salvador.

Dos meses después de la boda, Esmeralda Aravel (la jefa de la banda) le comunicó a “Mateo” que habían matado a Edgar Kriohna Gutiérrez Hernández.

Según ha relatado la víctima, Flores Acosta y Lucha Viuda de Cabrera la asesoraron para que cobrara el seguro de vida. Cobraron el seguro a través de una tarjeta, de la que se apoderó Flores Acosta.

En 2016, Lucha Viuda de Cabrera envió a la víctima clave “Mateo” a solicitar un préstamo con el argumento que era vendedora ambulante y que se lo podrían descontar del seguro de vida.

Este caso está ligado al proceso en el que fue condenada Esmeralda y Patricia, una de las principales del grupo delictivo, a quien, el banco entregó la suma de $60,000 en pago por la póliza de seguro de la víctima que mató.