En su recorrido desde el aeropuerto internacional hacia la parroquia San Francisco, el cardenal Gregorio Rosa Chávez envió tres mensajes a la feligresía católica: el primero es retomar y promover las investigaciones del asesinato de monseñor Roberto Joaquín Ramos, el obispo castrense asesinado el el 25 de junio de 1993 a las 8:00 p.m, en Olocuilta, departamento de la La Paz.

"Su muerte aún no ha sido aclarada y eso no podemos dejarlo así, esa memoria vamos a recuperarla, la de monseñor Ramos, un mártir de El Salvador, obispo también como monseñor Romero", dijo esta mañana en su parada en el monumento al Cristo de la Paz.

El segundo mensaje que el purpurado manifestó a la feligresía fue el deseo que en el país haya paz. "El papa siente que este pueblo, ustedes, son capaces de cualquier milagro y que ustedes van a hacer el milagro de la paz, me toca a mi hacer mi parte también, en nombre del papa que me ha dado ya las primeras indicaciones, así que vamos a ponernos en marcha. La paz es posible y la paz depende también de nosotros", agregó.
El papa siente que este pueblo, ustedes, son capaces de cualquier milagro y que ustedes van a hacer el milagro de la paz, me toca a mi hacer mi parte también”
Gregorio Rosa Chávez
Cardenal salvadoreño

En tercer lugar, Rosa Chávez dijo como tercer mensaje que caminarán hasta Ciudad Barrios para celebrar el centenario del nacimiento del beato Oscar Arnulfo Romero y Galdámez. "En el mes de agosto, haremos una marcha desde catedral hasta Ciudad Barrios. Solo así se logra la paz, la paz es como andar en bicicleta, si uno se detiene se cae. Hay que seguir pedaleando, así construyamos la paz, como ciclistas de Dios", manifestó.

El purpurado regresó al país esta mañana en medio la alegría de los salvadoreños que llegaron a la terminal aérea a recibirlo. También visitó la cripta de su amigo, el beato Romeroy finalizó la jornada con una misa en su parroquia, San Francisco de Asís.