La exministra de Medio Ambiente, Lina Polh y el exministro de Agricultura y Ganadería, Orestes Ortez, fueron procesados ayer en la Cámara Ambiental de Segunda Instancia de Santa Tecla, por supuestos daños ambientales en la zona conocida como cerro El Águila, en el departamento de Ahuachapán.
Los exfuncionarios durante la administración de Salvador Sánchez Cerén comparecieron a la audiencia preparatoria en la Cámara tecleña que además tiene competencia Civil y Mercantil.
El proceso judicial inició tras la demanda civil presentada por la Asociación Ecológica para Acción y Protección del Medio Ambiente “Tierra Verde” (Aeproterra), ante una denuncia de ciudadanos de la zona sobre una tala indiscriminada y clandestina de árboles.
Los abogados de la Asociación ambientalista, determinaron que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y subsidiariamente el Estado Salvadoreño, han cometido daños ambientales al no implementar acciones que eviten la tala indiscriminada en el cerro El Águila, así como la no reparación y preservación de las condiciones naturales de la zona.
“Lo que nosotros buscamos es la declaración de daños ambientales por omisión de la exministra Lina Polh, que como su cargo lo merece debió haber ejercido acciones para evitar la contaminación, la depredación y tala de árboles en esa zona protegida”, afirmó Gerardo Landaverde, representante de Aeproterra.
En el informe de la investigación pericial, agregado al proceso judicial, la Asociación Aeproterra ha señalado que el área afectada es un aproximado de 14 manzanas, que se encuentran entre el límite de los municipios de Juayúa, Sonsonate y Chalchuapa.
El Cerro El Águila lo conforman diferentes porciones de propiedades privadas: fincas de café, bosque natural privado, cultivos de granos básicos, asentamientos humanos y una porción propiedad del Estado declarada como Área Natural Protegida (Diario Oficial tomo 366 año 2005).
Además, señalaron la tala de árboles de hasta metro y medio de diámetro, funcionaban como “verdaderos corredores biológicos” que albergaban especies de animales y plantas.
También la zona que “tiene una alta capacidad de infiltración de agua” se ha visto afectada. En el sector habitaban 27 especies de mamíferos, como el zorrillo espalda blanca y el tepezcuintle, dos especies protegidas. También fueron afectados 71 especies de aves, algunas en peligro de extinción.
El ministerio solo se dedicó a hacer trámites y dar permiso que las personas sigan depredando estos lugares protegidos y nosotros venimos a buscar la declaración de daños y perjuicios a favor de la comunidad y de la población en general”, sostuvo Landaverde.