Los fiscales asignados al caso ofrecieron abundante prueba que incrimina a los cuatro procesados en el asesinato del investigador de la DECO, Francisco Noel Herrera Merlos, pero será hasta el 21 de diciembre, que el juez dará a conocer su resolución.
Por este hecho son procesados Carlos Eliazar Ramírez Aguilar, Daniel Isaac Castillo Recinos, Manuel de Jesús Valenzuela y el inspector de la PNC Elio Francisco López.
La audiencia preliminar inició el lunes y este martes finalizó con la oportunidad a los familiares del investigador de la DECO para que se refirieran al hecho, así como la última palabra a los imputados.
Versiones
En sus palabras, cada acusado tiene una versión que lo favorece y lo separa del hecho; por ejemplo el inspector Elio Francisco López, un exoficial de la Delegación Centro en San Salvador, a quien Fiscalía acusa de homicidio agravado, tenencia de arma de guerra y fraude procesal, tiene su propia versión.
Según Fiscalía, el día del asesinato, López salió de una colonia de Santa Tecla y se dirigió a la finca El Carmen en la colonia Escalón y llegó a la escena no para resguardarla y ayudar a esclarecer el caso, sino para entorpecer la investigación.
“Lamentablemente todo esto se ha tergiversado por una sencilla razón: los malos procedimientos policiales. Yo soy miembro de la Corporación y sé cuándo se hace adecuadamente un procedimiento o cuando no se hace bien”, afirmó el exinspector.
De acuerdo con la investigación fiscal, el inspector López modificó la escena del crimen, asesoró a un familiar suyo, principal sospechoso de matar al agente de la DECO que huyera del lugar, se fuera a bañar y a cambiarse de ropa porque tenía sangre de la víctima, además habría borrado las huellas dactilares del arma utilizada en el homicidio.
“Cómo es posible que los agentes captores que me quitan el celular y éste sigue funcionando, solo quedaban dos posibilidades o ellos lo estaban manipulando o no es cierto que estaba detenido”, cuestiona el exoficial.
Los fiscales aseguran tener vídeos que muestran la trayectoria que tomó el inspector desde Santa Tecla hasta la finca El Carmen y que a pesar de tener claro cómo se procede en estos casos, no alertó de inmediato a la Policía sino que encomendó a su esposa que lo hiciera 40 minutos después, pero hasta que se había limpiado con papel higiénico toda la sangre derramada que los podía inculpar.
“La escena del delito fue alterada, se cambió la posición de los objetos y las personas con la finalidad de engañar en la inspección para suprimir la verdad. No hizo nada por resguardar y conservar el estado natural de la escena”, expresó un fiscal.
El exinspector afirmó que si una evidencia se ha borrado o destruido o alterado por qué no se preguntan qué facultad tienen para haber movido o cambiado de posición las pruebas.
“Desde un primer momento se me han hecho acusaciones, dijeron que yo estuve tomando en el lugar, ahora quieren decir que las cámaras no me registraron, la ley dice que cuando un familiar de uno está involucrado en un delito no estoy obligado a denunciarlo, pero yo avisé, hay bitácoras de llamadas que lo constantan”, afirmó López.
En la escena habían dos granadas lacrimógenas y dos escopetas, afirmó Fiscalía. Daniel Isaac Castillo Recinos figura como el principal sospechoso de disparar en la cabeza del investigador con un arma que tenía reporte de robo el 30 de septiembre de 2013 tras ser hurtada en la zona del Cafetalón, en Santa Tecla.