En diciembre de 2013, a las pandillas les urgía acordar compromisos con el FMLN, el principal era obtener dinero a cambio de los votos de ellos y de sus familiares.

En esa reunión, el pandillero del barrio 18, alias “Chafa”, les recriminó a los entonces diputados, Benito Lara y Arístides Valencia, que estaban perdiendo el tiempo y les pidieron $450,000 para las tres pandillas: MS-13, barrio 18 Revolucionarios y barrio 18 Sureños.

Los testigos criteriados claves “Noé” y “Salomón” dijeron a la Fiscalía General de la República que ese día ambos diputados se comprometieron a tener una respuesta de la cúpula sobre la petición del dinero, pero afirman que sí les entregaron $21,000 para obtener duis.

“Agregando Benito Lara, que si había gente, no importaba cuántos, que no hubiesen sacado su documento único de identidad, que ellos cubrirían ese gasto”, dice la investigación fiscal.

Según el requerimiento, el dinero fue usado para que algunos pandilleros repusieran sus duis y también para tramitárselo a sus familiares; el dinero fue entregado a los mareros del barrio 18, Revolucionarios, dicen los testigos.

“Donky” le entregó a clave Salomón la cantidad de $1,500 para financiar dui de miembros de la pandilla, familiares o simpatizantes del FMLN en la comunidad Las Palmas, de la colonia San Benito”, dice la fiscalía en la acusación.

El dinero que las pandillas habían pedido al partido de izquierda era a cambio de 120,000 votos, que las estructuras criminales aseguraban que darían en la elección presidencial de 2014, a su candidato, Salvador Sánchez Cerén.

Pero no se querían quedar solo con esa labor, los pandilleros querían dar “un valor agregado” a su negociación con el FMLN.

Los testigos dicen que planearon “esfuerzos” para evitar que las personas adeptas a Arena votaran. “Debía hacérseles saber que no deberían ir a votar, si era posible quitarles el documento único de identidad, para que no fueran a votar”, dice la investigación.

Para ejecutar este plan, los testigos relatan que el resto de pandilleros, que se reunían con políticos y con su asesor y estratega, Raúl Mijango, considerados “gestores de paz”, se desplazaron a sus zonas para no permitir propaganda política del partido tricolor en sus zonas.

El mediador de la tregua,Raúl Mijango, les había asesorado a los pandilleros que para ganarse la confianza del FMLN, debían demostrarlo no dejando entrar a ningún otro partido a hacer proselitismo en los lugares que ellos controlaban.

“Además no dejar que hicieran actos de proselitismo de parte de otros partidos políticos, así también dejarle claro que ellos los señores del partido FMLN, tendrían que velar por la seguridad del equipo (los pandilleros) para que se llevara a cabo todo lo que se estaba planteando”, relata el requerimiento.

 

El hombre de las pandillas

El exdiputado Benito Lara tenía otro vínculo con las pandillas, directamente con Borromeo Henríquez, el “Diablito de Hollywood”, de la MS-13. El nexo con Henríquez se llama Deysi, quien según los testigos tenía una relación sentimental con el pandillero y era ahijada de Lara.

En enero de 2014, en medio de las negociaciones y entregas de dinero a los pandilleros, Benito Lara le pidió a su ahijada que hablara con Borromeo Henríquez, y que le pidiera al resto de pandilleros que intercedieran con él, pidiéndole al partido que lo nombrara como ministro de Justicia y Seguridad.

Lara le explicó que ese era su tercer período como diputado y que como no era de la cúpula, le querían dar “muerte política”.

“Ese ministerio sería como su salvavidas, ya que él todavía estaba con el deseo de seguir aportando al partido y la única forma de llegar al cargo era por medio de las pandillas”, refieren los testigos en la acusación.

Agregan que Lara temía que el partido nombrara a otro, porque habían cuatro personas de “hueso duro”.

Benito Lara habló con clave “Noé” y estuvo de acuerdo en proponerlo como ministro de Seguridad.

Supuestamente, Lara le dijo que si le daban la mano, haría todo lo que estuviera a su alcance para mantener los pactos, pero si nombraban a otra persona, no había garantía que sus compromisos siguieran.

“Todos los pandilleros presentes (en una reunión) estuvieron de acuerdo en elegir a Benito como ministro por tres razones: la primera, por haber tenido el valor de sentarse a dialogar con ellos (los pandilleros); la segunda, porque había sido uno de los receptores y transmisor de las peticiones de las pandillas hacia el gobierno, y la tercera, porque se había quemado al reuniser con ellos”, dice la investigación.

Cuando Sánchez Cerén fue electo presidente y tomó su cargo, Lara fue nombrado como ministro de Justicia y Seguridad.

 

Eliminar leyes

Una de las peticiones que las pandillas hicieron a los diputados del FMLN fue “derogar leyes”, sin detallar cuáles y quitar la figura del testigo criteriado; además, reprocharon a los políticos que se debía de aclarar cuál era el procedimiento real que la policía debía seguir para capturarlos.

Según ellos, llegaban, los capturaban, estaban tres días presos y luego salían y para ellos ese proceder solo significaba una cosa: hostigamiento.