El 26 de septiembre del 2013, en el pasaje El Níspero, de Mejicanos, hubo una masacre en la que murió un investigador de la Policía, el propietario de un taller automotriz y un empleado de ese negocio; en el mismo hecho falleció un pandillero que participó en el múltiple crimen.

Este caso llegó a su etapa final en el Juzgado Especia-lizado de Sentencia “B” de San Salvador, que al final solo terminó condenando a los dos pandilleros de la 18 por el homicidio del dueño del taller, Vidal Antonio Valladares Barrera.

Los condenados fueron Marco Antonio Cortez, alias “Pollo o Marihuanol”, quien le disparó, mientras que José Manuel Castro Ramos, de 29 años, alias “Negro”, fue condenado como coautor.

El policía Dennis Alexander Rivera Trinidad, de 32 años; y Wilfredo Ramos, empleado del mencionado taller, ha-brían sido asesinados por Rafael Adonis López Dávila, de 23 años, alias “Piocha o Cholco”, pandillero que también falleció tras enfrentarse a balazos con el agente policial. La base principal para esa sentencia condenatoria fue la declaración del testigo clave “Apolo” que el Ministerio Público presentó para que dijera al juzgado la forma en que los dos pandi-lleros ejecutaron los hechos.

Una de las pruebas irrefu-tables fue que en la ropa y manos de Cortez, los investigadores encontraron residuos de plomo y estaño, lo cual indica que este pandillero había percutado un arma, tal y como lo expresó el testigo “Apolo”, quien observó cuando le disparó a Valladares Barrera.