De acuerdo con las investigaciones, los sujetos a bordo de un carro negro dispararon contra las víctimas que se dedicaban a la venta de verduras y luego escaparon. Pero Salvador Clavel Meléndez, uno de los tres imputados, dice que es inocente y que el día y a la hora en que ocurrieron esos hechos, él se encontraba en su laboratorio realizando su labor de imprimir tatuajes en uno de sus clientes.
Además, la defensa pidió a la Fiscalía, que vieran un vídeo que tomó la cámara de la UES ahí instalada y que consta en el proceso. El filme no fue encontrado en el expediente, pero la jueza dio tiempo para ubicarlo y recrear el hecho del ataque.