El Juzgado Especializado de Extinción de Dominio de San Salvador resolvió que los $499.460 decomisados al beliceño Oscar Lesbi Itza, en septiembre de 2017 dentro del aeropuerto internacional de El Salvador, pasen a manos del Estado.
El testimonio de los agentes captores e investigadores que participaron en el procedimiento de detección del dinero y el interrogatorio del beliceño, realizado en el aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero, fue contundente para que el juez de Extinción de Dominio resolviera a favor del Estado salvadoreño.
A lo largo del proceso judicial, ni el extranjero ni sus abogados pudieron demostrar con documentos, que el dinero decomisado procedía de actividades comerciales lícitas como él lo manifestó en su momento.
Itza aseguraba que era un pago que la tabacalera beliceña para la que él trabajaba hacía, a una sucursal en Panamá. El imputado solo mostró el formulario de viajero hecho a la salida de su país rumbo a Panamá, en donde indicaba la suma de dinero que llevaba; pero no lo amparó con otros documentos bancarios.
Frustrado viaje.
El extranjero fue sorprendido con ese dinero al escalar en El Salvador en un vuelo procedente de Panamá y que tenía como destino final su país de origen, Belice, el 6 de septiembre de 2017.
Según agentes captores y a cargo del procedimiento durante la audiencia de sentencia, Oscar Lesbi fue interceptado cuando se movilizaba por la sala de abordaje número 5 con dos maletas de color rosado y morado en sus manos, algo “no tan usual en los viajeros”.
Por lo general las personas que viajan portan una maleta y un bolso más pequeño, pero no dos maletines de regular tamaño en sus manos”, afirmó uno de los investigadores.
El agente afirmó que el beliceño fue interrogado sobre el contenido de sus maletines y éste no negó que llevaba $500,000, en billetes de a $20 y $50.
El imputado explicó que ese día había viajado a Panamá y que las autoridades de ese país no lo habían dejado ingresar a su territorio. Esto, debido ainconvenientes judiciales por incumplimiento de deberes familiares, y tuvo que retornar a su país, haciendo escala en El Salvador.
El testigo afirmó que también preguntaron al beliceño sobre su ocupación y él respondió que desempeñaba como supervisor de una empresa tabacalera en Belice y que el motivo de viaje era saldar cuentas con una sucursal de la beliceña en Panamá, por cuentas de intercambio comercial.
Pero esas respuestas no convencieron a los agentes, porque a juicio de ellos, el beliceño no reunía el perfil para transportar “una fuerte suma de dinero”. Ante las preguntas del defensor sobre qué características debía reunir el extranjero, el agente policial afirmó que debía ser el dueño o el presidente de la compañía para hacer ese movimiento de dinero.
Además, el agente sostuvo que el movimiento era inusual porque en la actualidad ya no es necesario ni seguro transportar esas cantidades de dinero en físico y afirmó que para eso existían las transferencias internacionales de banco a banco.
Dijo, además, que el imputado no aportó otro tipo de documentación como comprobante bancario en el que se detallara el motivo de la transacción.
Frente a esas inconsistencias que mostró el beliceño, fue retenido en una de las salas de la Policía en el aeropuerto a la espera de una comisión de la División Antinarcótico, quienes examinaron el dinero y las maletas; y determinaron residuos de cocaína en los billetes y en el equipaje, por lo que, procedieron a la detención por el delito de casos especiales de lavado de dinero.