Acaba de cumplir 20 años de pertenecer a la Policía Nacional Civil, pero Verónica Uriarte también es ingeniera industrial, pese a que su familia deseaba que fuera médico, y tiene en su lista triunfos como haber sido seleccionada nacional en boliche. Formar parte de una institución que tradicionalmente ha sido señalada para hombres dice que no ha sido díficil, porque tiene buena relación con sus compañeros.

Ha sido subjefa y jefa de la delegación de Santa Ana y Centro de San Salvador; ha estado a cargo de la división de explosivos y estuvo durante dos años en el Sahara Occidental, como Policía de las Naciones Unidas. “(Allá) había gente que se negaba a hablar conmigo, porque querían hablar con un hombre”, relata.

 


Antes de ingresar a la corporación, ejerció su profesión de ingeniera industrial en Antel. “Nadie me creía que había aplicado a la policía. Todos me decían que qué iba a hacer, si tenía un trabajo bonito, estable”, dice. Pero los sueños de Uriarte pudieron más y se graduó en la tercera promoción de la Academia Nacional de Seguridad Pública.

“El trabajo en la Policía es sumamente interesante, es demandante como cualquier trabajo en donde usted se quiera entregar”, describe. Sostiene que para cumplir con sus objetivos hay que empezar temprano el día y terminarlo tarde “el día tiene más de 24 horas”, señala entre risas.