El viceministro de Salud Julio Robles Ticas negó que existiera un programa de trasplantes renales en el país, ni en el hospital Rosales y que fuera cancelado, pero explicó que están elaborando un programa nacional para realizar trasplantes.
“Son dos ejercicios que hemos empezado y vamos a continuar, pero el hospital (Rosales) nunca ha tenido programa de trasplantes, hasta hoy que lo vamos a implementar”, declaró.
En el 2011, un grupo de médicos del hospital Rosales efectuaron esfuerzos por incorporar un programa de trasplantes renales. La iniciativa lograría beneficiar a un gran número de pacientes y bajo esta iniciativa se hicieron dos trasplantes de manera exitosa, y otros dos que ya habían sido programados, fueron cancelados y nunca reprogramados.
Según el jefe de Nefrología, Ricardo Leiva, la falta de presupuesto, infraestructura y políticas que exige el hospital son de las razones que los obligaron a no realizar más cirugías de trasplantes; sin embargo, la tercera planta del edificio de especialidades del hospital Rosales -inaugurada por el entonces presidente de la república, Mauricio Funes, el pasado 27 de diciembre del 2013- cuenta con la infraestructura y el equipo necesarios para hacer intervenciones quirúrgicas complejas, aunque los médicos lamentan que no sea utilizada.
Norma Alvarenga, paciente con insuficiencia renal estaba lista para recibir un trasplante de riñón. Su hermano ofreció donarlo, pero el procedimiento fue cancelado en 2011 y tuvo que volver a recibir su tratamiento de hemodiálisis y dejar de lado la posibilidad de un riñón sano. Ahora, Alvarenga ya no puede optar por una cirugía porque su enfermedad está muy avanzada.
Leiva asegura que la vida de los pacientes renales podría regresar a la normalidad y muchos serían beneficiados si recibieran un trasplante de riñón: “Siempre y cuando se les garantice la atención necesaria y los medicamentos que le ayuden a mantener sus riñones”, explicó.
Otra de las dificultades está relacionada con los medicamentos que debe consumir el paciente para que su cuerpo no rechace el nuevo riñón.
Las dos pacientes que se beneficiaron con el trasplante se quedarán sin el tratamiento en varias ocasiones y ahora son atendidas en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).