En las primeras horas de este lunes 5 de octubre concluyó las declaraciones de un forense del Instituto de Medicina Legal quien desde el viernes anterior ilustró a la jueza de como el 8 de septiembre de 2018, encontraron los restos de la agente Carla Ayala en una montaña de San Francisco Javier, Usulután.
Seguido del forense correspondió a un exagente del Grupo de Reacción Policial (GRP) quien según algunos abogados consultados afirmó que participó de la fiesta de fin de año el 29 de diciembre y que durante el desarrollo de la misma no vio nada anormal.
Además, el exagente manifestó que él se retiró de la fiesta antes que terminara y que fue en su casa que supo el mal final del convivio, aquella madrugada en la que fue asesinada y desaparecida la agente Ayala.
El abogado manifestó que al igual que el exagente del GRP, los 100 testigos que ha propuesto la Fiscalía para probar la culpabilidad de 13 imputados, nueve de ellos policías y cuatro civiles, no son de vista y oído, sino porque supieron luego de los hechos.
Los primeros testigos en esa condición fueron; el exdirector de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto y el actual director, Mauricio Arriaza Chicas; el defensor afirmó que el primero dejó más claro el contexto en el que ocurrió el feminicidio, mientras Arriaza Chicas no dio mayores aportes al proceso, tras alegar que estaba fuera del país el día de los hechos.
Diario El Mundo consultó a los fiscales y al acusador particular del caso, pero dijeron que por disposiciones de la jueza, tras tener “reserva el proceso” estaban imposibilitados a dar declaraciones.
Los hechos que terminaron con la vida de la agente Carla Ayala ocurrieron la madrugada del 29 de diciembre de 2017 luego de una fiesta navideña en las instalaciones del extinto Grupo de Reacción Policial, (GRP) en colonia Las Cimas de San Salvador.