Autoridades de Protección Civil manifestaron ayer que la Policía Nacional Civil (PNC) no pudo ingresar en algunas comunidades de la playa El Espino, en Usulután, para alertar a la población sobre posible tsunami, debido a la situación de violencia social en la zona.
“En algunas zonas es difícil o imposible el acceso a comunidades por la situación de violencia social para alertar sobre amenaza de tsunami”, informó Protección Civil a través de medios oficiales de la institución.
El Secretario para Asuntos de Vulnerabilidad y Director General de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres, Jorge Antonio Meléndez, aseguró que las comunidades específicas a donde la alerta no llegó de manera inmediata fueron las de la Playa El Espino, ubicada en el oriente del país.
Según Meléndez otras autoridades como el alcalde o la Cruz Roja sí pueden ingresar, pero la velocidad con que se transmite la alerta es menor.
“Se dice que hay algunas comunidades, el primero que se moviliza es la Policía Nacional Civil, hay unos puntos donde hay más peligrosidad y no es prudente que ingrese la policía; hay otras instituciones que sí logramos llegar, pero la velocidad con la que se mueve el puesto de policía que está en la zona es mayor”, aseguró Meléndez.
Lo ve “normal”
El director de Protección Civil dijo que es común encontrar situaciones en las que la PNC no puede ingresar a los territorios y que se trata de prevenir situaciones inesperadas ante la llegada de los oficiales a las zonas.
“Eso creo que es totalmente normal, es decir, hay zonas donde no es prudente que la policía pretenda llegar sin un dispositivo”, comentó el secretario de vulnerabilidad.
Amplias zonas del país son controladas por dos pandillas y en muchos casos impiden no solo el ingreso de las autoridades, sino también de empresas distribuidores de todo tipo de productos de primera necesidad, compañías eléctricas y telefónicas, a menos que paguen dinero por extorsiones.
La alerta por tsunami fue emitida ayer junto a una alerta amarilla a nivel nacional cerca de las 12:50 de la tarde, como medidas para dar seguimiento al sismo de magnitud 7.2, frente a las costas de Usulután.
Ambas alertas quedaron sin efecto ya que el peligro pasó después de dos horas y media de monitoreo constante.
Con relación a la situación de emergencia declarada el jueves, Meléndez enfatizó que “es evidente que en el tema de tsunamis estamos atrasados, se necesita invertir más y necesitamos sistemas de aviso que sean más eficientes que los que hay hasta ahora”.
Precisamente, Nicaragua hizo ayer una ejemplar alerta de tsunami con sirenas en comunidades costeras del Pacífico y el Gobierno declaró emergencia nacional ante la amenaza que representaba un eventual maremoto.