Cada uno va armado con pistolas 9 milímetros, similar a las que utilizan los agentes de la Policía Nacional Civil.
Afirmó que en esas reuniones se fuma marihuana y el palabrero profundiza cómo quiere que sea el asesinato; además afirmó que el día del hecho se realiza un enlace de videoconferencia en las que se conectan todos los mandos para finiquitar los detalles.
Los asesinatos son cometidos contra maras rivales, miembros de bandas delictivas dedicadas al contrabando, robo común, robo de vehículo y otros ilícitos que hacen que haya presencia de las autoridades en sus territorios.
Aurora
Tal es así que en uno de los casos, la víctima solo identificada como Aurora, era un miembro de una red de robo de vehículos; la clica de San Bartolomé Perulapía decidió asesinarlo para evitar que por él, la Policía estuviera llegando a la zona.
El día del ataque fue infiltrado un pandillero para controlar e informar de los movimientos de la víctima que llegó a enflorar el 2 de noviembre de 2015 al cementerio de ese municipio.
El testigo relató que le siguió todos los pasos a “Aurora” y cuando ya iba a su casa, avisó a sus compinches para que se prepararan y lo esperaran; tres de sus miembros con pistola en mano lo interceptaron y al mismo tiempo de dispararon de frente.
Luego del hecho se fueron a fumar marihuana y a comentar el asesinato que habían cometido.
"Peseta" y "Perro Guapo"
El segundo caso fue contra un sujeto conocido como “Peseta” o Alex Power, en mayo de 2015 tras considerarlo pandillero rival. En esa ocasión, el grupo se cubrió el rostro mientras, el testigo relata que posteaba desde un punto alto para evitar que los sorprendiera la Policía.
Cerca de las 2:00 de la tarde regresaba la víctima y su compañera de vida; y cuando se le acercan, recuerda que la mujer comenzó a gritar y a pedirles que no lo mataran pero no atendieron; le dieron de 10 a 15 disparos en el rostro, cabeza y pecho.
El tercer caso, fue contra una persona que le apodaba “Perro Guapo”, a quien ultimaron en septiembre de 2015 en el sector conocido como Los Chorros, del cantón Los Planes en San Bartolomé. Le asestan de diez a 15 disparos en diferentes partes de su cuerpo.
La investigación arrancó en 2015 y culminó a principio de 2018 por colaboración del imputado con beneficio penal que narró cómo ocurrieron esos asesinatos.
Días antes Fiscalía afirmó que había un caso de privación de libertad y que no se había dado con los restos de la víctima, pero ayer el fiscal del caso afirmó que ya tiene los suficientes elementos para pedir a la jueza que procese a los imputados, no por privación de libertad sino por homicidios que el hecho ya está probado.