Un estudio presentado por la Universidad Internacional de La Florida a la Oficina de Asuntos Internacionales y Aplicación de la Ley (INL, por sus siglas en inglés) del departamento de Estado de los Estados Unidos, reveló que los jóvenes que integran las pandillas salvadoreñas abandonan sus casas, antes de los 15 años, por violencia doméstica y problemas familiares.

El estudio fue realizado con apoyo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) en donde se entrevistó a 1,196 pandilleros, expandilleros y personas que tienen algún tipo de vínculos con las pandillas. Además, se hicieron más de 30 entrevistas a profundidad a pandilleros que están en prisión. También, el estudio explica que la mayoría de los pandilleros entrevistados coinciden en que abandonaron sus estudios antes de los 16 años, y que al intentar reinsertarse a la sociedad, les es díficil conseguir un trabajo, porque no tienen una preparación académica, además de los antecedentes penales y algunos rasgos como tatuajes.

“La gran mayoría de personas entrevistadas para este estudio que pertenecen o han pertenecido a pandillas y maras, provienen de los sectores más desfavorecidos de la sociedad salvadoreña. La mayoría de los entrevistados abandonó sus estudios antes de cumplir los 16 años y ni siquiera completaron el segundo ciclo, en el sistema escolar”, dice el texto.

Agrega que siete de cada diez vienen de hogares donde el sueldo mensual no supera los $250, además que vienen de familias disfuncionales y desintegradas.

Ante esto, la embajadora de los Estados Unidos, Jean Manes, señaló que es importante que los resultados del estudio sean socializados con los alcaldes que aplican el plan El Salvador Seguro.

“Si queremos reducir las pandillas en El Salvador, debemos entender por qué tantos jóvenes salvadoreños se unen a este tipo de vida criminal”, dijo y agregó: “El estudio nos ayuda a entender que el camino hacia la pandilla va forjado desde la niñez; en él se analiza el papel de los hogares violentos y cómo influye la violencia doméstica en el reclutamiento de la pandilla y además, este estudio trata de explicar el proceso según los mismos pandilleros, para poder salir de la vida criminal y regresar a la sociedad”.

La diplomática señaló que la prevención es lo principal, porque es más fácil evitar que algo pase a intentar convencer a alguien sobre una forma de actuar.

Un 50 % de los entrevistados fueron sujetos que pertenecen a la Mara Salvatrucha, mientras el 23 % dijo pertenecer al Barrio 18, facción sureños y un 11 % se identificó con la facción revolucionaria del mismo Barrio 18. El resto se identificó con las pandillas como la Mirada Locos, la Mara Máquina, la Mao Mao, entre otras.

En dichas encuestas, “la MS no solo resultó ser la organización más grande, sino el grupo nacional más estructurado y regulado por sus líderes. Los miembros de la MS entrevistados en esta investigación reportan los niveles más altos de participación en actividades criminales y también reflejan los niveles más bajos de intenciones de abandonar la pandilla”, dice el texto.

El estudio plantea y casi desvanece la hipótesis que las pandillas tienen influencia directa de los deportados de Estados Unidos. “El estudio encontró poca evidencia de una influencia directa de la migración en la composición y en las dinámicas de las pandillas locales. Casi todos los pandilleros encuestados y sujetos de este estudio nacieron y crecieron en El Salvador, y muy pocos mantienen contacto regular con pandilleros en los Estados Unidos”, dice.



1,196 pandilleros

El estudio entrevistó a 1,196 pandilleros, expandilleros y personas vinculadas a las pandillas.

30 ENTREVISTAS

El estudio también necesitó de más de 30 entrevistas a profundidad a pandilleros.