Con abrazos y detalles fueron recibidos los salvadoreños que ahora residen en el exterior. / DEM


A menos de dos días para celebrar la Noche Buena, el Aeropuerto internacional de El Salvador monseñor Óscar Arnulfo Romero es el escenario de reencuentros entre compatriotas que eligen la época navideña para viajar al país y disfrutar en compañía de sus seres queridos.

Durante la mañana, el área del aeropuerto donde concluyen los viajes aéreos lucen vacíos; la situación cambia cuando se acerca el aterrizaje de los aviones. Poco a poco, los salvadoreños comienzan a llegar para esperar a sus seres queridos que viajan de diferentes lugares. A pesar del tiempo y la distancia conservan el cariño intacto por el país que los vió nacer.

Cerca del medio día comienzan a llegar microbuses a la terminal aérea. De algunos bajan hasta 12 personas. Eligen esta opción por la cantidad de personas que llegan a esperar. El ambiente es cálido, las emociones son variadas, la ansiedad de un reencuentro que aguarda varios kilómetros y un viaje en avión.

Los compatriotas regresan al país y son recibidos con un abrazo de bienvenida, flores, globos y todo el cariño; la dicha que difícilmente se encuentra en cualquier otro sitio que no sea el lugar que los vio nacer.

Wendy Merino planeó su viaje a El Salvador desde hace seis meses. Ayer, luego de un vuelo de nueve horas, desde Washington, Estados Unidos, llegó al país que la vio crecer para encontrarse con su familia.

Su padre, hermanos y tíos, esperaban con ansias un abrazo de Wendy desde hace dos años.

Con una sonrisa y después de saludar a su papá, entre emociones encontradas y abrazos, Wendy manifestó que disfruta la oportunidad de ver a su familia después de dos años, y poder recibir juntos el 2018.

“Viajo por mi familia. Me gusta tanto la comida, cómo es la gente; esta cultura bonita. Estoy feliz de regresar”, dijo la compatriota que pasará diez días en el país junto a sus seres queridos en el municipio de Cuscatancingo, en San Salvador.

Las familias salvadoreñas se reúnen para celebrar las fiestas. Como una tradición, varios deciden viajar y reunirse para una cena de Noche Buena. La cantidad de pasajeros que llegan es grande, pero son más las personas que aguardan a sus familiares que llegan desde otros lugares.