Entre 1994 y lo que va de 2016, la población carcelaria ha incrementado en 28,520, casi cinco veces más que en 1994. Eso ha generado al Estado una inversión millonaria en manutención y otros servicios. Actualmente la dirección gasta al día $347,000 para mantener a los reclusos, una cifra significa $10.41 millones al mes. Si la población carcelaria no sufriera cambios, el gasto anual ascendería a $124.92 millones.
Los $10 por cada reo incluyen gastos en salud, energía eléctrica, programas de rehabilitación, educación, gastos administrativos y salarios del personal de seguridad. Hasta el 6 de junio, el 73.29 % de los reclusos ya está condenado, y el 26.71 % está procesado y esperando audiencia preliminar o vista pública.
Ante este elevado gasto, el Gobierno busca desahogar las cárceles a través de las diversas medidas que ha anunciado. El otorgar libertad condicional a reos con enfermedades terminales y adultos mayores, la implementación del brazalete para personas que cometan delitos menores, y el trabajo de utilidad pública por días de pena, ayudarán a bajar esos costos, según el Gobierno.