José Adán Salazar Martínez es el séptimo procesado. / Gabriel Aquino


La Fiscalía General de la República señaló ayer a José Adán Salazar Martínez, hijo del empresario hotelero conocido como “Chepe Diablo”, de haber lavado $12 millones y una reparación civil arriba de $3 millones .

Según la fiscalía, una pericia financiera contable determinó que estos $12 millones fueron un incremento patrimonial no justificado, con los que adquirió vehículos, inmuebles y acciones sin explicar el origen de los fondos.

Salazar Martínez se entregó el 23 de febrero pasado, en el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador, después de cuatro años de haberle girado una orden de captura.

Sin embargo, la defensa sostiene que es un empresario con muchos negocios, especialmente, una sociedad de combustibles.

“Claro que se ha movido dinero, porque son empresarios...él ha movido dinero, capitales que no son propios, que son pagos que se hacían a empresas proveedoras de las materias primas que ellos comercializaban y está documentado con cheques”, explicó ayer el defensor, Gerardo Cisneros.

El abogado agregó que los peritos fiscales no revisaron la facturación de las ventas de las sociedades, sino que solo tienen los ingresos en bancos. Por este caso, su padre, José Adán Salazar Umaña, el exalcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa y cuatro acusados más esperan el fallo de un tribunal de sentencia, el próximo 6 de abril, por el delito de lavado de dinero de $132 millones, a través de las sociedades Hoteles Salvadoreños (Hotesa S.A. de C.V.) y Agroindustrias Gumarsal, principalmente, según la fiscalía.

 

Después de 4 años.


Según su defensor, Salazar Martínez decidió entregarse después de pasar prófugo durante cuatro años, “porque el caso debe tener un final”. “Es muy difícil un día desaparecer y decir: ‘ya no voy a hacer nada’, uno tiene que enfrentar esos cargos”, señaló.