El secretario del Sindicato de Trabajadores Penitenciarios (SITRAPEN), Guillermo Ascencio, denunció acciones de amedrentamiento en contra de los trabajadores de Centros Penales por el apoyo a la reducción de labores.
Ascencio señaló que el actual gobierno rechaza el diálogo y opta por la fuerza. "El gobierno ha escrito una página negra (...) El presidente y este gabinete de Seguridad no debieron someter psicológicamente a los trabajadores por una protesta legítima", dijo.
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Además, denunció que las autoridades rechazan la participación de la iglesia católica en la mesa de negociación. "Ayer nos enviaron a reunión con personas sin poder de decisión, no quieren que la iglesia esté en la mesa y responden violentamente enviando a la UMO", dijo.
El secretario de SITRAPEN hizo un llamado a la iglesia para que se pronuncie contra "la represión del gobierno para callar a los trabajadores". Aseguran que ya enviaron un escrito al arzobispo de San Salvador, Luis Escobar Alas, para que pueda mediar en este caso.
Tras varios días de reducción de labores, las actividades han vuelto a la normalidad en las oficinas de Centros Penales en el Centro de Gobierno. En las afueras se mantienen agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden resguardando la seguridad del personal.
La reducción de labores habría afectado el trabajo administrativo en todas sus dependencias. Los sindicalistas demandan la separación del cargo de algunos funcionarios, la nivelación del bono, la desmantelación de la Unidad Disciplinaria y la reinstalación de los despedidos por dicha comisión disciplinaria.
Al respecto, el director de Centros Penales, Osiris Luna, ha asegurado que ya se realizó la remoción de directores de centros penales y jefaturas administrativas vinculadas a supuestos actos de corrupción.
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