“No está en el protocolo oficial, no es obligatorio, pero si el médico lo prescribe el médico tiene derecho a prescribirlo, el médico conoce su paciente, yo lo ocupo como profilaxis, el presidente Trump lo usa como profilaxis, la mayoría de líderes del mundo lo usan como profilaxis”, declaró Bukele en una conferencia de prensa en el hospital Rosales, el pasado 25 de mayo, luego que se preguntara por el costo de la hidroxicloroquina que el país adquirió para la pandemia y que ya no será usada.
Ese mismo día, Bukele anunció que el fármaco se sacó del lineamiento para tratar pacientes de coronavirus, pero advirtió que si el médico la prescribía se podía aplicar.
El 19 de mayo, el presidente de los Estados Unidos reveló que llevaba semana y media consumiendo hidroxicloroquina y recientemente dijo que acaba de terminar el tratamiento de dos semanas.
“Lo terminé, acabo de terminarlo. Y por cierto, sigo aquí”, dijo Trump el mismo día que Bukele anunció que también lo consumía.
El pasado 21 de mayo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro describió al fármaco como “una esperanza”, ante la pandemia y oriento al Ministerio de Salud para que lo incluyera en el protocolo médico de pacientes con COVID-19.
El 22 de mayo, la revista médica The Lancet publicó un amplio estudio donde señalaba a la hidroxicloroquina como responsable de aumentar las muertes, en pacientes con coronavirus. Por esta causa, la Organización Mundial de la Salud suspendió los ensayos clínicos que hacía sobre el medicamento para combatir la pandemia.