La crítica mordaz inunda abrumadoramente las redes sociales ante el estrepitoso fracaso de lo que prometía ser una espectacular telenovela en “prime time”, desde los flamantes estudios de producción legislativa. El pobre y vulgar desempeño del novato y mediocre elenco de la bancada gubernamental echaron al traste el magistral guion cuidadosamente trazado por el Director principal desde Casa Presidencial. La misión era “quemar en la hoguera” a Lorena Peña, una reveladora actriz, quien al mejor estilo de Meryl Streep, dio un intempestivo giro a la escena, ridiculizando a la flamante Comisión Especial que supuestamente investiga los fondos asignados a ONG.

La segunda parte de esta saga legislativa pretende cautivar la atención pública estimulando el morbo de ávida espectacularidad. La segunda temporada presentará en estreno el film “Sobresueldos”, en el que se proponen exhibir en el perfil de malvados a expresidentes: recrearán en Alfredo Cristiani al mafioso Don Vito Corleone, rememorando al laureado artista Marlon Brando en el film del “Padrino l”; mientras, Antonio Saca será presentado, conduciéndolo desde la cárcel (Sector-9 de Mariona), encarnando al temido y odioso criminal Hannibal Lecter, en el papel del famoso actor Anthony Hopkins en “El Silencio de los Corderos”. Toda esta millonaria industria cinematográfica y mediática permanentemente montada por Bukele es una densa cortina de humo para distraer la atención pública de los problemas socio económicos y políticos reales; su estrategia consiste en diluir la opinión publica en un complejo entramado de escenarios en los que se presenta uno tras otro una fila de “culpables” del pasado para justificar la crisis y calamidades que padece el país, encubriendo así su responsabilidad sobre la corrupción y la incapacidad de conducir y gestionar. Y que conste, el que tenga que ser debidamente juzgado que lo sea, pero no por una Comisión que ni facultades sancionatorias tiene.

Mientras Bukele mantiene “engolosinada” la atención pública, con más circo que pan, ha trascendido una densa investigación del periódico digital El Faro que descubre con videos y grabaciones el sigiloso “plan del gobierno” de desdolarizar la economía salvadoreña e introducir una criptomoneda diferente -o además del Bitcoin- para finales de este mismo año. De acuerdo a esa evidencia serían sus hermanos asesores, miembros activos del Bukelato, quienes estarían coordinando la iniciativa de crear una criptomoneda nacional, una versión digital del Colón cuyo valor estaría en referencia con el dólar. Esta revelación coincide con el andamiaje de la Ley del Bitcoin, el anuncio de la creación de la “Billetera Chivo”, el bono equivalente a treinta dólares en criptomoneda para estimular el uso del mecanismo y el próximo lanzamiento del reglamento para el manejo de estas. Tan seria aparece esta investigación de El Faro que refiere detalles sobre mecanismos que sustentan la iniciativa, tales como: conminar el uso de esa criptomoneda ofreciendo combos de oferta hasta del 5% de descuentos para embaucar su utilización. Esta es evidentemente una ruta para crear un nuevo sistema financiero y bancario y emitir dinero virtual. El destape de El Faro es sólido, señala instituciones, personas del gobierno de Bukele, fechas, circunstancias y empresas foráneas involucradas.

Este invento bukeleano refleja que vive en un mundo virtual, distante de la realidad, ocultando su incapacidad para asegurar la estabilidad financiera del país; conspira arteramente con mucho sigilo a espaldas de la población, de sectores empresariales y productivos ¿Sabrá el sistema financiero y bancario de esta aventura? Con su “creación” pretende forzar y exprimir a la formalidad tributaria de micro, pequeñas empresas y emprendedores ahogados, a punto de quebrar, para cubrir el hueco del despilfarro. Están creando todo un sofisticado mecanismo de vigilancia y control económico y social sobre las personas: registro de nombres, direcciones, huellas dactilares, registro y reconocimiento facial, mecanismos para invadir la privacidad.

El Salvador está envuelto en un contexto de pérdida total de transparencia, elevados niveles de corrupción, despilfarro e improvisación, exacerbada polarización política, creciente autoritarismo, estancamiento económico, desbordamiento de la deuda pública, pérdida del control territorial y de seguridad pública, repunte del Covid19 y creciente alza de precios. Mejor, debieran hablar claro y contestar ¿Se está desmoronando la liquidez financiera del país ? ¿Cómo fijarán el valor de esa moneda con el dólar? ¿a $8.75 de colón? Si utilizan los 500 millones del BCR ¿desaparecen las reservas de liquidez?, ¿Cómo enfrentarán una estampida de ahorrantes buscando retirar sus dólares de los bancos? Muchas preguntas y 0 respuestas, por eso necesitan montar escenarios con luces, cámaras y algún que otro descerebrado que diga: acción.