La famosa obra “El Rey Desnudo” o “El Nuevo Traje del Emperador” es una maravillosa fábula escrita en 1837 por el laureado cuentista danés Hans Christian Anderson, que describe cómo un presuntuoso y soberbio emperador cae en el engaño de inescrupulosos tejedores que, habiendo estudiado su vanidoso perfil, le hacían creer que podían fabricarle un sofisticado traje invisible a los ojos de los tontos e incultos. Halagado, y con el afán de ser idolatrado, el emperador les encomendó fabricar tal ostento, poniéndoles a disposición todos los recursos sin importar costo.

Mientras los estafadores simulaban, los ministros, para evitar represalias, fingieron admirar cada detalle del proceso de “fabricación”. El vanidoso emperador dio a conocer tal proyecto al vulgo a través del boca en boca, las redes de aquel tiempo. El día del pomposo desfile cortesanos, artistas, comerciantes, artesanos y labriegos, para no parecer estúpidos simulaban ver la maravillosa prenda, hasta que un niño con su pureza gritó: ¡Pero si el Emperador va desnudo! Entonces, todos estallaron en burlas y carcajadas.

Fuera del cuento, en nuestra truculenta realidad, Bukele en su megalomania cayó en las redes de un inescrupuloso grupo de asesores venezolanos quienes conociendo las debilidades de su vanidoso perfil, le han hecho creer que pueden tejerle una sofisticada imagen de “libertador”, igual o mejor que la de Simón Bolívar, recargado con la segunda parte de David contra Goliat en su aparente escarceo con el imperio. El proyecto consiste en construirle desde las redes sociales una ostentosa imagen de popularidad que a viento y marea se mantenga incólume sin desgaste alguno, y que solo los incultos opositores, las ONGs y la sociedad civil organizada no pueden ver ni apreciaren su magnificencia. La falta de límites de la arrogancia y lujuria mediática del mandatario son el motor de “inversion” de semejante plan que absorbe millones de dólares de recursos públicos en propaganda para trascender los límites patrios, pautando hasta en los confines del sur del continente y en inglés.

Esta vez “la desnudez del emperador” ha sido revelada por las multitudinarias marchas, la canción Flor del grupo salvadoreño Adrenalina dándole voz a las familias de las desaparecidas, las investigaciones periodísticas que exponen el pacto con pandillas y la corrupción, así como por la denuncia de la joven salvadoreña candidata a Miss Universo Alejandra Gavidia y del magnífico trabajo de su diseñador Francisco Guerrero que estremeció al mundo con el simbolismo de su extraordinaria pieza, en el que cada detalle representa la tragedia por la violencia que padecen las mujeres salvadoreñas con las huellas originales de manos de víctimas estampadas en el vistoso traje. Además, portó símbolos que representaron la falta de acceso a la justicia. Haber utilizado el escenario del trascendental evento para lo que constituye una denuncia sobre las víctimas de feminicidio y desapariciones bajo el claro mensaje “Ni una menos, ni un desaparecido más”, en un hecho con un fuerte impacto para la comunidad internacional, especialmente cuando la venta gubernamental pretende obviar la violencia y las cifras reales de asesinatos y desapariciones; como el caso de los hermanos Karla y Eduardo Guerrero cuya madre simboliza el calvario de las madres y familiares que recorren centenares de aterradoras fosas comunes esparcidas por todo el país, en la desesperada búsqueda de sus seres queridos.

A más del medio periodo de mandato presidencial, la impúdica desnudez del regimen de Bukele deja en evidencia su deforme incapacidad para resolver o al menos gestar propuestas de solución a los graves problemas estructurales. La retorcida y crónica incapacidad de manejo de las finanzas públicas esconde el avieso contubernio de una estructura de corrupción creada para sustraer millones, en una trama que abarca a diferentes ministerios, so pretexto de enfrentar la pandemia. Este caso ha sido suficientemente demostrado por sendas investigaciones periodísticas hoy contrastadas con investigaciones del gobierno de los EEUU.

Es previsible que la presión diplomática y de organismos financieros internacionales que vienen alertando sobre la precaria situación de las finanzas públicas, agravadas por sendas investigaciones de graves hechos de corrupción y pactos con las pandillas, abran más y profundas fisuras dentro del régimen que terminen descomponiendo la autoritaria disciplina impuesta dentro del partido, el gobierno y la legislatura. Ya veremos.