El mundo parece que está en un estado de depresión, yo le llamaría también psicosis social, según su definición: “comportamientos grupales provocados por una situación anómala o que parece atentar contra la estabilidad personal y colectiva. Con respecto a la depresión, según datos, más de 350 millones de personas en el mundo padecen de depresión, más de la mitad de los afectados no recibe tratamiento. La depresión es algo que está afectando, los tipos y síntomas se evidencias en la sociedad, entre ellos: pérdida de interés y capacidad para disfrutar, reducción de energía y actividades, ansiedad, alteración del sueño y apetito, baja autoestima, etc.

En países de primer mundo suceden balaceras en los centros escolares, alumnos que portan armas de fuego y asesinan a maestros, compañeros y personal administrativo. Un maníaco disparó en Estados Unidos desde un hotel a personas que asistían a un concierto, estos y otros casos son emblemáticos para analizar.

En El Salvador, hay mucho de qué hablar, en el tráfico se observa la psicosis de los motoristas y, no es solo de los buseros o microbuseros, también se observa a personas que manejan su carro y se bajan con deseos de armar bronca, ya que el que está atrás le pitó o insultó. Los problemas de delincuencia, inseguridad, falta de tolerancia ante los problemas y falta de empleo, son factores primarios para que broten las enfermedades psicológicas en este país.

En la Policía Nacional Civil se han presenciado muchos problemas de suicidios y violencia entre sus miembros, se necesita de la ayuda de las universidades, los estudiantes de psicología pueden colaborar, ya que, es poco el personal que atienden a miles de policías en el área psicológica. Eso también sucede a miembros del Ejército.

En los hogares se evidencia la violencia intrafamiliar, lo sucedido en la colonia Bethania de Santa Tecla deja en evidencia que, la depresión es una causa por la que una persona planee y ejecute esa barbarie. Según la Fiscalia, primero el esposo mató a su esposa, luego al hijo y por último incendió la casa y se suicidó. El hechor padecía de depresión. Los trastornos mentales, según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social MINSAL que prevalecen son: la ansiedad, depresión, el alcoholismo y el suicidio. Los problemas económicos, violencia intrafamiliar, las drogas, etc., son el embrión para que se desarrolle el trastorno mental.

En el portal del MINSAL se leen las siguientes interrogantes: Depresión: ¿Qué debe hacer?, ¿le preocupa que su hijo o hija pueda estar deprimido?, ¿conoce a alguien que podría estar pensando en suicidarse?, ¿vive con alguien que padece de depresión?, ¿cree que vale la pena vivir?, etc.

El MINSAL a través del programa de salud mental, presentó la Guía clínica de atención a los problemas más frecuentes de salud mental. El informe manifiesta: trastornos de las emociones y del comportamiento, trastorno de identidad sexual, demencia, trastorno de ansiedad, episodio depresivo, trastorno de la personalidad, trastorno bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.

Según lo anterior, es variado el tipo de trastornos que puede presentar un ser humano, a ese se le suma uno que es frecuente la esquizofrenia. El deterioro de las relaciones familiares, laborales y sociales influyen mucho.

En el 2017, la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y el MINSAL ofreció un foro sobre Depresión y salud mental, los datos que presentaron fueron: “la tasa nacional registra 102 casos de depresión por 100.000 habitantes; y las tasas más altas corresponden a los departamentos de Santa Ana, San Salvador y San Miguel. Las tasas más bajas se observan en: La Unión, La Libertad, La Paz y Ahuachapán. Los grupos de edad más afectados son los de 15 a 19 años con 3.965 casos; de 25 a 59 años, con 16.541 casos; y de 60 años o más, con 5.320 casos”.

En los medios de comunicación, las personas piensan que el alejarse de Dios hace que las personas se enfermen y lleguen hasta el último paso, el suicidio. Los medicamentos y el tratamiento psicológico deben ser lo más urgente cuando alguien presente síntomas. Vaya a una terapia o vigile a sus familiares, amigos y vecinos, antes que sea demasiado tarde.