La pandemia ha dejado estragos en la economía mundial y en El Salvador está dando un duro golpe a muchos empresarios, especialmente a los pequeños. Para poder reactivar la economía, propongo unas medidas paliativas.

  1. Consumir lo nuestro. Si cada producto o servicio que se produce en el país se consumiese, las cosas cambiarían. En una ocasión, un conferencista colombiano manifestó que en su país el gobierno incorporó políticas para el consumo del café. Ellos prefieren marcas de café de Colombia. Consumir lo nuestro es la clave y, no caer en la trampa que algunos productos del extranjero son mejores que el nuestro. En el rubro del café, todos comprendemos que las ganancias son mejores cuando el café se procesa, se tuesta y se vende internamente. La clave es tener una marca y contactos.

  2. Incentivar la asociatividad. Los emprendedores deben aplicarla, especialmente los pequeños productores, quienes al hacer alianza con otros empresarios tienen la oportunidad de comercializar mejor sus productos. Por ejemplo, en el rubro turístico un agricultor que tiene su plantación de verduras o frutas, puede asociarse con un empresario hotelero. Las cooperativas que surgieron con la reforma agraria saben utilizar perfectamente esa comunión entre los pequeños empresarios.

  3. Créditos accesibles. Otorgar créditos accesibles a los comerciantes. Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), son un soporte a la economía salvadoreña. Con la crisis generada por la pandemia se corrobora que, han surgido miles de emprendimientos, los cuales iniciaron con dinero propio.

  4. Dinamizar más las exportaciones. El Salvador debe de exportar más sus productos y tener más relaciones con otros países para generar mejores ganancias. Los productos nostálgicos como: las pupusas, loroco, artesanías, etc., tendrían otros mercados. Las maquilas son un factor muy importante en las exportaciones.

  5. Generar más insumos para la agricultura. Se mencionó el ejemplo de la caficultura, sin embargo, hay verduras y frutas que acá podrían producirse. Es inadmisible ver productos agrícolas que se importan. Los agricultores, especialmente los pequeños, se verían en mejores condiciones. Ojalá que ya no estemos viendo tanta tierra ociosa.

  6. Las remesas deben utilizarse más en inversión y no consumo. Con la crisis que se avecina disminuirá el envío de remesas, las cuales se estiman bajarán el 50%. De $5,300 millones anuales se espera que los salvadoreños solamente manden $2,300 millones. Los salvadoreños que reciben las benditas remesas deberían de pensar en invertir en educación o en generar puestos de trabajo como los emprendimientos. El consumismo de los salvadoreños debe disminuir. Con esta crisis, muchos serán más conscientes en consumir lo indispensable.

  7. El Gobierno debe incorporar programas para la creación de huertos caseros. Con la cuarentena, hasta personas que habitan en apartamentos crearon sus huertos caseros. Esto ayudará a que las personas de extrema pobreza no sufran. Claro, se les debe enseñar a pescar y no sólo esperar que les lleven los alimentos.

  8. Generar más emprendimientos familiares. El que se incorpora al mundo de los negocios, debe enfocarse en no pensar sólo en la competencia, debe ver más allá del bosque. No es solamente tener un plan de negocios, es de planear a qué mercado se enfrenta. La proliferación de los negocios familiares genera progreso, tanto para el grupo familiar y los empleados. Recordemos que las redes sociales ayudan mucho a los emprendimientos.

  9. El Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador mejorará cuando la población genere más emprendimientos. El Gobierno y la empresa privada son insuficientes para poder equilibrar la economía salvadoreña. Para que se mejore la economía, se debe estimular que los miles de emprendimientos que se clasifican como comercio informal se inscriban en el Centro Nacional de Registros (CNR). Para ello, se debe minimizar la burocratización de los documentos y los costos. Si los comerciantes informales pagan impuestos, mejoraría la economía y tendríamos mejores escuelas, hospitales, carreteras, etc. En países desarrollados nadie comercializa productos o servicios sin legalizar su negocio. Aclaro, ningún empresario formal debe evadir el pago de impuestos. A modo de conclusión, quizá, estas medidas presentadas para reactivar la economía estén enfocadas a los micro, pequeño y medianos emprendedores. Todos estamos en el mismo barco y para que siga el rumbo óptimo, debemos trabajar duro. El salvadoreño siempre se ha levantado de las crisis.