El exmagistrado Rodolfo González Bonilla aclaró que el poder Ejecutivo “no es el llamado a impulsar reformas parciales ni totales de la Constitución”. Explicó que una reforma debe ser impulsada por un número no inferior a 10 diputados. “Que salgan ya los 10 diputados y que nos cuenten”, expresó.
Explicó que una nueva Constitución, si se realiza de la manera ordenada y legal “no tiene nada que ver con el Ejecutivo ni tampoco con el Legislativo”.
Lo explicó: primero se tendría que realizar una reforma para darle una nueva competencia al Tribunal Supremo Electoral (TSE), de convocar al pueblo a elegir una Asamblea Constituyente, conformada por diputados que reformarán la Constitución. Agregó que la Asamblea no tiene plazo.
“Yo no sé si se está pensando en un mecanismo a la venezolana”, dijo.
El abogado Eduardo Escobar, de Acción Ciudadana, aseguró que es positivo que esté hablando de cuál es la visión que tiene respecto a la Constitución y que estaría bien si las reformas son las solicitadas por las organizaciones de la sociedad civil.
Sin embargo, aseguró que “donde está la duda y el candidato tiene que explicar es respecto a las atribuciones y competencias de los órganos de gobierno” para que no se dé un retroceso en la construcción del Estado de Derecho y la democracia. “Tienen que explicar a detalle. Se deben ampliar las capacidades de control”, sugirió.
Escobar advirtió que la reforma a la Constitución “sí está regulada”, ya que de hcer una convocatoria a la Asamblea Constituyente “puede dar margen para que se utilice cualquier mecanismo, convocando a algún referéndum, disolviendo la Asamblea Legislativa”.
Erika Saldaña, presidenta del Centro de Estudios Jurídicos (CEJ), aseguró que una nueva Constitución no es necesaria porque “pone en la tentación de los cambios en el sistema de gobierno”, los cambios en la alternabilidad, ampliar los periodos del gobierno. “Un cambio total para arreglar uno o dos puntos puede resultar peligroso para la estabilidad nacional”, dijo.