El foro internacional concluirá hoy con un debate sobre sistemas políticos. / W. Urbina


Una crisis generalizada de los partidos políticos tradicionales y una tendencia a considerarlos como “blancos fáciles” fueron algunas de las conclusiones de una discusión en el V Foro Internacional de Análisis Político de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

“La democracia a secas está en una gran crisis y francamente no tenemos muchas luces de cómo salir de ella”, afirmó Kevin Casas-Zamora, del Inter-American Dialogue. Casas-Zamora aseguró que “los partidos si alguna vez tuvieron el monopolio de la representación política ya no lo tienen”.

El politólogo preguntó al público a quién acudirán si fueran un dirigente comunal con una reivindicación, a la oficina del partido o al canal de televisión? Aseguró que los institutos políticos tradicionales “han ido quedando en un cascarón vacío” y observó que esta situación de “precariedad” la ha visto empeorar por dos décadas, aunque todo mundo acaba diciendo: “Hay que fortalecer a los partidos políticos”. “A ratos tengo la sensación de que le estamos dando palos a un caballo muerto. ¿Qué los puede sustituir? Eso no sé. Tengo la sospecha que la tecnología de la información tiene la respuesta”, afirmó, ejemplificando “el Partido de la Red” de Buenos Aires.

Según Casas-Zamora, la pregunta central debe ser cuál es el futuro de la representación política. Timothy Power, de la Universidad de Oxford, dijo que los “partidos políticos no tienen chance de adaptarse” si no mejoran su transparencia y participan en coaliciones. ¿Por qué no podrán salir de la crisis?, le preguntó un participante del foro. “Ellos son ‘easy targets’, son víctimas fáciles para otros partidos desafiantes”, respondió.

Luis Mario Rodríguez, director del Departamento de Estudios Políticos de Fusades, señaló que para Fusades los partidos políticos son importantes y estratégicos. “Vamos a seguir creyendo que esas son las instituciones de la democracia, el reto es justo que podamos modernizarlos, hacerlos más transparentes”, afirmó.

Populismo no finaliza

El populismo fue definido ayer, por Eduardo Núñez, del Instituto Democrático Nacional, como un “modelo de acción política” que no necesariamente es de derecha o de izquierda. Incluso, observó que hay populismos generales y sectoriales. Mencionó que iniciativas como el aumento de penas, pena de muerte, sacar a los militares a las calles, son medidas populistas que adoptan gobiernos.

La conclusión de los panelistas que discutieron sobre el populismo en América Latina y su relación con el autoritarismo y la caída del costo de las materias primas, es que no existe el fin de una era del populismo. Así, la moderadora, Helga Cuéllar, preguntó: ¿cómo podría mutar? Manuel Alcántara, de la Universidad de Salamanca, dijo que no se puede hablar del “fin de una era” del populismo. Señaló que el populismo tiene su origen en crisis económicas y crisis de liderazgo.

Núñez aseguró que lo que puede anunciar el fin de una era no es el agotamiento o la crisis del mercado internacional sino la capacidad de construir partidos políticos. “El drama es que no están surgiendo”, afirmó. Parte de la razón es el personalismo y que los latinoamericanos han crecido en un modelo autoritario que se reproduce. “Seguimos extrañando y buscando salvadores”, criticó. “La clave son instituciones fuertes”, dijo.