El Ejecutivo “no ha presentado un plan de gobierno que permita saber con certeza cuál es la hoja de ruta no solo en el ámbito económico, sino en la totalidad de las políticas públicas”, explica Jonathan Menkos Zeissig, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
“Esto explicaría por qué, al enfrentar una crisis inédita y difícil para cualquier administración pública, en El Salvador se note mucha improvisación en las medidas que se adoptan, incluyendo en el ámbito económico”, agrega.
Luisa Solano, investigadora de Estudios Políticos de Fusades, señala que aún persisten dudas sobre si el Plan Cuscatlán, la plataforma electoral del presidente Bukele, será el plan de Gobierno oficial o si se presentará un documento.
“No se tiene claro cuál es el rumbo ni cómo medir a partir de un plan como este, no se puede hacer este ejercicio de auditoría social si no hay un documento base”, afirmó.
La investigadora criticó, además, la supresión de la Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia (Seteplan), “que dejó de lado un cúmulo de conocimiento técnico para mantener procesos que trascienden los períodos presidenciales”.
A inicios de febrero pasado, Bukele oficializó un pedido al Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard para diseñar una agencia de desarrollo para El Salvador y “una hoja de ruta”, que permitiera el cumplimiento de “todos los planes y proyectos” del Gobierno.
Ricardo Hausmann, director del Laboratorio de Crecimiento de la Universidad de Harvard, fue delegado para la entrega de este plan, del que aún no se conocen avances.
Hausmann ya había contribuido para la elaboración de la estrategia económica y social 2004-2009 –junto a Fusades–, en el período de Elías Antonio Saca.
El regreso del economista norteamericano al país fue bien visto por algunos sectores académicos, mientras el Gobierno articulaba un plan de medidas de facilitación del comercio con gremiales empresariales. Pedro Argumedo, investigador senior del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, vaticinó en ese momento que las recomendaciones de empresarios y del profesor de Harvard podrían definir un “buen rumbo” para el país.
“La implementación de las recomendaciones hechas por Hausmann en 2004 eran de absoluta responsabilidad del gobierno de turno. No se cumplieron planes para la modernización, para la educación. El plan se hizo, pero la ejecución falló”, explicó a Diario El Mundo.
Sin embargo, no hubo tiempo de habilitar ningún plan. Desde marzo, los esfuerzos del Ejecutivo se han concentrado en tratar de solventar las urgencias por la pandemia del COVID-19, agravadas por la falta de políticas claras.
¿Qué ha cambiado?
Ni el crecimiento económico, ni el incremento del empleo son un reflejo fidedigno de la administración Bukele en medio de una crisis global, alerta Fusades. Sin embargo, el manejo de la deuda pública, el riesgo país por la falta de acuerdos con el Legislativo y las tensiones políticas sí han sido un fiel termómetro de la situación actual.
En su informe del primer año de gestión de Bukele, Fusades señala que en los primeros meses hubo un incremento de la confianza empresarial ante la posible recomposición de la relación entre estos actores y las expectativas positivas sobre el clima de inversión.
Se documentaron avances importantes con la creación de comités liderados por el secretario de Comercio, Miguel Kattán; pero la relación entre el Ejecutivo y el sector privado “se erosionó hasta llegar a la ruptura” por discursos confrontativos, incertidumbre jurídica y dificultades para implementar medidas económicas para atender la pandemia, señalan.
Luis Mario Rodríguez, director de Estudios Políticos de Fusades, asegura que Bukele “ha utilizado la antipolítica para degradar las instituciones y ha fallado en la construcción de puentes con actores relevantes”, como la empresa privada y movimientos sociales.
Para Menkos, el conflicto entre el Gobierno y el sector privado es en realidad “una disputa por el control del poder público, entre grupos de élites económicas tradicionales y otras emergentes”.
No olvidar el modelo
El director ejecutivo de Icefi que el enorme reto del Gobierno es atender la crisis sanitaria mientras se construyen los cimientos de un nuevo modelo económico para lograr crecimiento económico sostenible, encabezado con la generación de empleo formal, un sistema de protección social universal para reducir la desigualdad y, en tercer lugar, lograr un Estado democrático efectivo.
Para ello, el Gobierno debe cambiar su política fiscal de supervivencia, advierte. “Esto significa contar con ingresos suficientes y cobrados respetando principios de equidad vertical (a más ingresos, más impuestos) y horizontal (a igual ingreso, igual impuesto), sin privilegios fiscales espurios”, aseguró Menkos.
También debe recortarse el gasto, hacer una inversión pública sostenible, reestructurar la deuda pública y redoblar esfuerzos de transparencia, rendición de cuentas y establecer mecanismos de participación ciudadana.
Para el director de Estudios Políticos de Fusades, el mayor reto de la administración Bukele en el ramo económico, es la reconstrucción de la imagen país “tan deteriorada” que ha dejado el 9 de febrero, con la militarización de la Asamblea y ahora con el manejo de la pandemia de COVID-19.
Bukele se enfrenta a una crisis en su primer año de Gobierno.
-5.4 %
Caerá el PIB o Producto Interno Bruto (PIB, que mide la producción de bienes y servicios de la economía), según el Icefi.
$800
Millones caerán las remesas en El Salvador durante el año 2020, a causa del paro económico derivado de la pandemia del COVID-19.
$867
Millones caerá la recaudación fiscal o recaudación tributaria de El Salvador durante el año 2020 por la pandemia de COVID-19.
-12.9 %
Caen las exportaciones este año hasta abril cayeron $250.2 millones, un desplome del -12.9 %, según el Banco Central de Reserva (BCR).