El Puerto La Unión fue finalizado en 2008. Diez años después CEPA dijo que el lugar no era el apropiado. / DEM


Sin tildarlo expresamente de injerencia, la embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes, advirtió de conversaciones poco transparentes entre China continental y El Salvador para una inversión económica posiblemente en el Puerto La Unión que podría tener fines no solo económicos sino militares.

“Estamos mirando algunas inversiones que están en conversaciones aquí en El Salvador”, señaló. El voce­ro gubernamental, Roberto Lorenzana, confirmó después el interés de China en la zona sin detallar la existencia o el contenido de las conversaciones entre China y El Salvador.

“No es una competencia abierta, ninguna persona sabe los detalles, ni los costos, están funcionando con poca transparencia, la gente de un país ni sabe qué está ocurriendo. Y también hemos visto en otros países que están dispuestos 100 % de pagar cualquier soborno”, dijo este lunes la diplomática en la entrevista de Telecorporación Salvadoreña (Tcs) sobre China y su incursión en algunos países.

En Sri Lanka, al menos $7.6 millones fueron entregados a los afiliados de la campaña del entonces presidente de la cuenta de la empresa estatal China Harbour Engineering Company, según una publicación del New York Times, luego de la instalalación del puerto Hambantota que luego pasó a control chino pese a que en 2012 solo recibió 34 barcos.

La embajadora de los Estados Unidos, Jean Manes. / DEM


Más de 30 embajadores de Estados Unidos se reunieron hace un mes en Miami para tratar el tema que, afirmó Manes, los mantiene preocupados. Dijo que es alarmante que China tenga una estrategia bien definida para aumentar su influencia en la región y en El Salvador. “Están mirando de crecer aquí, no solamente económicamente, pero también militarmente”, dijo. Advirtió que “puede tener consecuencias en la geopolítica” en las próximas décadas.

Ayer, durante la inauguración de la Semana de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Sostenibilidad, de la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), la funcionaria afirmó que están “destacando el trabajo de las empresas que sí están haciendo las cosas bien, que sí están preocupados sobre los trabajadores, sobre el medio ambiente” y que conocen que “las empresas de China no tienen interés en eso, ni tienen interés en el país en el que van a invertir”.

“Normalmente, cuando China entra en un país, está trayendo a su propia gente. No está usando gente local para cualquier proyecto y eso lo podemos ver alrededor del mundo (...) nuestra preocupación es que la gente, los países, tengan los ojos bien abiertos de qué se trata algún acuerdo con China y que pueda saber bien a quién van a beneficiar”, agregó. Las declaraciones de la representante del gobierno estadounidense se dan dos días después de iniciada la “guerra comercial” entre ambas potencias, causada por la imposición de aranceles a la importación de hierro y aluminio que el presidente Donald Trump impuso a China, por más de $34,000 millones. Pekín respondió con aranceles por un monto similar.