Más de 1,000 deportados han vuelto a El Salvador. / Cortesía


El Departamento de Estado de Estados Unidos ve la deportación de migrantes hacia sus países de origen como una alternativa “más segura” para su salud que mantenerlos bajo su custodia, indicó un portavoz del gobierno norteamericano.

En medio de las críticas al manejo de contagios por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Michael Kozak, secretario asistente interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, asegura que los inmigrantes están “todos confinados” en centros de detención “donde no pueden hacer fácilmente el tipo de distanciamiento social que deberían hacer”.

“Sería mucho más seguro estar de regreso en sus hogares con sus familias, y no en un entorno cerrado como ese”, afirmó, aunque “la política no es repatriar a nadie que esté enfermo”, pero señaló que había casos asintomáticos que no fueron detectados.

El Salvador y Honduras, a diferencia de países como Guatemala, no cerraron sus puertas a los retornados por razones sanitarias. A pesar de haber firmado acuerdos migratorios con los tres países, Estados Unidos no ha anunciado un apoyo directo a Guatemala por la emergencia del COVID-19.

Kozak descartó que haya “un vínculo fuerte entre la cooperación en remociones y respiradores”.