El contrapeso que está haciendo el Poder Legislativo al Ejecutivo es una situación inédita en El Salvador. De acuerdo al politólogo Álvaro Artiga, es inédito que el Presidente de la República no tenga mayoría legislativa.

“Solamente en este periodo cuando el Presidente no tiene esa mayoría y la oposición tiene la mayoría en el Legislativo, entonces, comenzamos a ver el control desde la Asamblea Legislativa al Organo Ejecutivo, algo a lo que habían renunciado el PCN siendo oposición, algo a lo que renunció GANA, que prefirió cogobernar con el FMLN”, explica el académico.

La reflexión fue realizada en el foro virtual “Hablemos de Institucionalidad ¡pero en serio!”, transmitido por la organización no gubernamental “Por un futuro abierto” en Facebook: FuturoAbiertosv.

Artiga cree que los grupos políticos siempre se moverán por intereses políticos y económicos pero advierte que la oposición, promoviendo unos intereses diferentes, “tienen las facultades y los instrumentos para controlar al Ejecutivo”. “El ejercicio del gobierno debe estar ejercido en controles”, dice.

El también catedrático de la Uca parte de que en El Salvador se vive un régimen híbrido de institucionalidad electoral y ejercicio autoritario del poder, porque si las instituciones de control no funcionan el régimen ya no debe considerarse democrático. Un ejemplo es cómo el Legislativo suele darle permisos abiertos del viaje al Presidente: “Porque es la práctica autoritaria para no controlar al Presidente”, dice.

De acuerdo al politólogo, el año 2021 puede ser el momento decisivo en la historia del país, ya que la tentación autoritaria puede imponerse para proporcionar mayorías o el control institucional al actual Presidente y su grupo.

 

Lógica de poder

Esta especie de rompimiento democrático, según la especialista en políticas públicas Leonor Selva, viene no de una persona sino del secuestro de una clase que ha mantenido una especie de rotación en el poder.

Sin embargo, a partir de 2009 los controles comienzan a funcionar pero el gobierno del FMLN los rechaza, señala Artiga. Esta es una realidad repetitiva. “Cuando están en el gobierno no quieren ser controlados y cuando no están en el gobierno están diciendo que hay que controlar al que está en el gobierno”.

Ahora, advierte, por primera vez en su historia comparten la misma posición: “Están en el lado de la oposición ambos y al Presidente le sale fácil porque, para que la oposición sea eficaz, fuera quien fuera, no tienen otra alternativa que unirse para controlar al Presidente. Como estrategia comunicacional, él utiliza esa alianza legislativa, que es necesaria para controlar al gobernante, para decir: ya ven que son lo mismo”.

El catedrático augura que en el momento que el Presidente esté en la oposición hará lo mismo porque “esa es la lógica del poder”.

 

Corte neoliberal

La especialista en políticas públicas, Leonor Selva, cree que el actual Presidente y su grupo no representa un nuevo poder fáctico, sino que es un subgrupo de los actuales.

“El Presidente viene de los mismos poderes fácticos... Veamos las políticas públicas aplicadas, aunque se hable de beneficiar a los pobres, las políticas públicas que se han aplicado son de corte neoliberal, muchas de ellas con corte regresivo, con impactos más severos en las poblaciones más pobres”.