El investigador y académico Óscar Picardo no cree que en El Salvador se logren los consensos mínimos que permitan a El Salvador tener políticas a largo plazo, por la falta de diálogo y el antagonismo entre el Gobierno y todos los sectores. La razón, dice, además de que se vive en campaña electoral continuamente, es la improvisación y la falta de rumbo. Picardo califica de “razonables” las reformas constitucionales propuestas pero lamenta que el anteproyecto haya sido fruto de la discusión de un grupo no representativo de constitucionalistas.

 

El presidente se ha comprometido a una hoja de ruta para restablecer la confianza democrática y en una reunión con oenegés a respetar la libertad de expresión. ¿Qué debe hacer el Gobierno para restablecer la confianza democrática?

En una democracia siempre hay asimetrías, diferencias, hay sectores, colectivos, intereses, ideologías. No todos pensamos igual y yo creo que el diálogo es una herramienta esencial y en ese diálogo, desde el punto de vista político, es necesario encontrar los mínimos, los puntos en los que podemos coincidir. No podemos estar en una especie de batalla campal, todos contra todos, las oenegés, los periodistas, la academia, la clase política, el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial. Uno entiende que el país ha sido saqueado, muy golpeado, pero eso no es una condición para creer que todo el mundo es malo. Hay que buscar entendimientos éticos y llevar al país adelante. El presidente empezó golpeando muy duro, haciendo críticas generalizadas, creo que algunos casos lo ameritan y otros no tanto. Creo que la reunión es un primer paso, habrá que ver si es genuina o solo fue para cumplir un requisito.

 

¿Se puede hacer borrón y cuenta nueva luego del 1 de mayo?

Es muy difícil. Si bien representó un quiebre, también se repitió un patrón del pasado. Lo que se critica es la ideologización de los cargos y la politización de los nombramientos pero al final sucedió lo mismo, se escogieron magistrados y un fiscal que respondía a la agenda del presidente, lo que antes hacía el Frente y Arena. Simbólicamente sí hubo un corte de tajo pero se repitió el patrón, lo que uno espera es que se diera esa ruptura pero se hicieran las cosas del mejor modo posible, respetando procedimientos, transparencia, escogiendo a la gente idónea para esos cargos y no “los que me convienen”.

 

¿Se puede corregir o se puede continuar dejando la destitución vigente?

Reparar lo que se hizo lo veo difícil. Ya se hizo, no hay vuelta atrás. Mejorar hacia el futuro, creo que sí es posible, es decir, que no se busquen personas que encubran intereses, que de cara al futuro se hagan del mejor modo las cosas y no se repitan esos patrones de seleccionar a mis amigos. Uno entiende que tiene que haber cierta afinidad, la mayoría de presidentes escoge equipo de gobierno pero siempre es importante garantizar la separación de poderes, eso es la base del juego de la democracia. Por muy popular que sea, eso no implica que tengo que arrasar con todos los órganos del Estado.
Si quiero formular una política para 30 años, lo que ha hecho Singapur, Corea del Sur, Irlanda, Israel, Costa Rica, se necesitan consensos y, así como está la cosa, no creo que se logren consensos”.

¿El 1 de mayo causó un daño irreversible?

Sí, definitivamente. Fue una ruptura que pudo haber sido una gran oportunidad de reforma, se ubicaron magistrados y funcionarios que no cumplen los requisitos, caemos en el error de la crítica del pasado.

 

¿Cómo ve la situación política de El Salvador, ve un rumbo claro?

El Salvador desde hace años no cuenta con políticas de Estado, funcionamos con políticas de gobierno de corto plazo, cada cinco años volvemos a empezar y ahora se repite el patrón, hay nuevos planes, nuevas autoridades, no se vislumbra que haya consensos para formular políticas de Estado de largo plazo.

Si quiero formular una política para 30 años, lo que ha hecho Singapur, Corea del Sur, Irlanda, Israel, Costa Rica, se necesitan consensos y, así como está la cosa, yo no creo que se logren consensos. No hay diálogo, entendimiento, el presidente ha antagonizado con muchos sectores, empresa privada, iglesias, sector académico, es muy difícil gobernar en un escenario tan perplejo, tan antagónico. Lo que se pronostica es que a los cinco años volveremos a empezar y no lograremos los consensos básicos para transformar El Salvador.

 

¿Y por qué razón se pronostica eso, es que estamos en campaña?

Vivimos en campaña, a cada rato, por un lado, por otro lado, no tenemos claro el rumbo del país, se improvisa mucho, se ponen a dirigir instituciones muy importantes a personas que no tienen las capacidades y las competencias, eso genera improvisación, falta de planificación. Eso genera como un sube y baja, las decisiones que se toman, por ejemplo, el bitcoin, eso le va a generar desgaste político al gobierno, al presidente, incertidumbre. Hay mínimos en los que sí nos podríamos poner de acuerdo todos; seguridad, salud, educación, en esos tres puntos habría muchas coincidencias en la ciudadanía y en los sectores para definir políticas públicas. Sin embargo, se hace el Plan Control Territorial, que sí están bajando los homicidios, pero no se conoce, no hay discusión técnica, algunos dicen que es negociación con pandillas, hay más secretismo que políticas públicas.



La propuesta de reforma constitucional no autoriza que el referéndum sea utilizado para la reelección presidencial inmediata. ¿Es una buena señal?

Creo que sí, nuestra Constitución es un documento de la época del conflicto, es una buena Constitución, es una cosa mejorable, algunos aportes que leí me parecieron razonables, creo que puede ser una buena oportunidad pero faltan consensos. Es un grupo de juristas, el tema de referéndum y plebiscitos hay que verlos con mucho cuidado, también a la base hay que ver la escolaridad ciudadana. La democracia demanda una madurez ciudadana y esa madurez la da el sistema educativo. En base a criterios populistas se pueden someter ciertos temas a consulta y después nos podemos arrepentir, de hecho, hasta en sociedades como la del Reino Unido cuando se consultó si se salía fue muy polémica pese a que la ciudadanía tiene bastante escolaridad. Particularmente me parece muy democrático hacer consultas pero siempre y cuando con buenos argumentos, preguntas y campaña educativa, que no sea solo lanzar como lo hizo el presidente de México o en Colombia cuando se consultó si se debía seguir negociando el tema de la paz y la gente votó no. Ahí se demuestra que si estas herramientas de la democracia, si no están acompañadas de una campaña y una buena escolaridad, pueden ser perjudiciales para la democracia.

 

¿En general cómo ve la propuesta de reforma a la Constitución?

Estuve viendo algo, no he leído a fondo. Yo lamento que una reforma tan importante se haya reducido a un grupo no representativo de los constitucionalistas de este país, ni de la academia, es un grupo afín al vicepresidente Ulloa, creo que hay temas importantes que se deben actualizar, hay temas que requieren debate y discusión, pero no veo que sea un ejercicio bien sustentado en función del debate académico. Al final creo que se va a impulsar por la mayoría aplastante que tiene el gobierno, puede aprobarse sin mayor problema. Volvemos al mismo tema: faltan consensos, representación. Hay universidades que tienen tradición en formar abogados y ninguna de esas universidades está participando nada.

 

Uno de los temas de la reforma constitucional es la colegiación obligatoria. ¿Usted está de acuerdo?

Depende, porque se pueden crear esos guetos, esos grupos de exclusión, habría que ver en qué casos y bajo qué argumentos.

 

Algunos abogados dicen que la reducción del periodo de espera para la reelección presidencial inmediata viola la alternabilidad del poder. ¿Es así?

A mí me gusta el sistema gringo, en Estados Unidos, tú tenés cuatro años y, si lo hacés bien, la ciudadanía te premia otros cuatro años y terminás un ciclo de ocho y hasta ahí se acabó la historia, ya no hay más reelecciones, ese sistema a mí me parece coherente. ¿Qué sentido tiene si tengo un buen presidente, sacarlo, ponerlo en espera 5 o 6 años, que venga otro, arruine todo y después que venga el mismo.
Particularmente me parece muy democrático hacer consultas pero con buenos argumentos, preguntas y campaña educativa. Si no están acompañadas de una campaña y escolaridad pueden ser perjudiciales”.

¿Cómo evalúa los primeros 100 días de la Asamblea Legislativa?

Es un grupo de jóvenes con poca experiencia que han sido utilizados políticamente por el Ejecutivo, se nota a leguas que todo se los mandan de Casa Presidencial, vimos en un reportaje de Focos, se nota que no tienen criterio propio, que están tomando decisiones ideologizadas sin reflexión y que va muy mal la cosa. Pudiendo hacer las cosas bien hechas. Sacar un recibo sin firma, por poner un ejemplo. Yo estoy muy decepcionado de esta Asamblea, de cómo comunican, las restricciones que han puesto.

 

Ante eso, la Asamblea dice que el pueblo quiere que apoyen las iniciativas del Ejecutivo.

El concepto pueblo es un constructo muy complejo, pueblo somos todos, son los policías, militares, empresarios. Pueblo es una categoría holística, empezar a atribuirse que esto es lo que quiere el pueblo. Bueno, el pueblo ha dicho en la última encuesta que no quiere el bitcoin, ¿y por qué no le hacen caso al pueblo?, cuando conviene, sí el pueblo, cuando no conviene, no el pueblo.

 

¿En qué desafíos se debería centrar la Asamblea?

Algo que no se ha dicho ni en la reforma constitucional que están proponiendo, no hay nada de cambios en la educación, un país cambia cuando cambia el sistema educativo, cuando mejoran sus patentes, mejora su presupuesto. En el marco de los créditos aprobados me alegra por lo menos que el sector educativo es el que tiene la mayor cantidad de fondos, $800 millones, el problema es que está reservado al programa nacer, crecer y no sé por qué. El principal desafío es mejorar el sistema educativo, las leyes están obsoletas.



¿Qué leyes deberían modificarse?

La Ley de la Carrera Docente, lo que haga ahora va a tener repercusión años después. A nivel universitario somos el único país del mundo que trabaja con unidades valorativas, en todo el mundo se trabaja con crédito académico, eso dificulta la movilidad internacional de recibir y enviar estudiantes. En la Ley de la Carrera Docente, hay muchos temas que reformar para mejorar la calidad, la contratación, retención del talento humano, la necesidad de evaluar a los docentes. En la Ley General de Educación, hay temas que requieren revisión, desde el año 95 tenemos una deserción del 40 % de los estudiantes en tercer ciclo y media, nunca lo hemos resuelto, esos chicos son los que van a nutrir pandillas, migración y empleo de baja calificación.

 

¿Qué efectos tuvo la pandemia en la educación del país?

Hicimos un estudio. Sinceramente yo creí que iba a ser más dramático el impacto y no fue tanto. Lo que más me preocupaba y el pronóstico por estadísticas internacionales es que la tasa de deserción iba a superar el 15 %, no fue así, la capacidad de normalización de los formatos on line mal que bien funcionaron, sostuvieron la peña, no resolvieron, no aprendieron tanto los niños, hay un vacío curricular que más tarde que temprano va a tener resultados, ahorita no lo vamos a ver pero más adelante, sí. Pero los niños yo me atrevería a decir que han aprendido la mitad de lo que debían aprender y eso hay que resolverlo porque se va arrastrando. Creo que todas las instituciones hicieron los mayores esfuerzos posibles.
El Gobierno no quiso que nadie se metiera, ninguna universidad, ningún tanque de pensamiento, ninguna oenegé, nadie y han cosechado un poco de ese problema. Se tomaron otras decisiones apresuradas”.

¿Cómo ve la situación de la pandemia? Hay más muertes de lo que se reporta oficialmente.

Ahí se repite el mismo patrón de falta de capacidad de diálogo y negociación, yo creo que entre todos los que teníamos interés de apoyar pudimos haber hecho una mejor tarea en coordinación con el gobierno, el gobierno no quiso que nadie se metiera, ninguna universidad, ningún tanque de pensamiento, ninguna oenegé, nadie y han cosechado un poco de ese problema. El Salvador, dadas las condiciones geográficas, geopolíticas, ha sido un país poco golpeado, se tomaron decisiones oportunas en su momento, los cierres, eso es de felicitarlo. Se tomaron otras decisiones apresuradas como generar ese megahospital, sobre todo la fase 3 no era necesaria, de hecho la están ocupando de vacunatorio porque sirve para cualquier cosa eso. Las universidades aquí tenemos edificios vacíos, aquí se puede vacunar, la UCA está vacía, la don Bosco está vacía, la UES está vacía, no había necesidad de crear un megavacunatorio de $70 millones. Eso lo criticamos porque nosotros pronosticamos, le dijimos al presidente que a 90 días íbamos a tener 14,000 casos, no 3 millones, y así fue, hubo 12,000. Pronosticamos peores escenarios. Esto le pudo haber servido al presidente y al equipo de salud para tomar decisiones y saber si era necesario o no hacer un hospital y de qué tamaño. Pero lamentablemente nunca se nos escuchó ni nada.

 

3 datos que debes conocer


 

  1. El 1 de mayo


La Asamblea cambió la Sala de lo Constitucional totalmente sin que concluyera su periodo. También al fiscal general.

 

  1. El 30 de junio


EEUU hizo un plan con Nayib Bukele para restablecer la confianza democrática, una CICIES y respetar a la prensa.

 

  1. El 30 de julio


Bukele se reunió con las organizaciones no gubernamentales y se comprometió a respetar la libertad de expresión.

 

El perfil


Óscar Picardo Joao, investigador

Cargo: Director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.

Títulos: Licenciado en filosofía Universidad de Valencia, máster en educación University of Lousville, posgrado en finanzas educativas en Harvard, máster y doctorado en sociedad de información Universidad Oberta de Catalunya.

Experiencia: catedrático de distintas universidades, asesor del Ministerio de Educación, especialista de educación de Mendez England & Associates, fundador del Instituto de Investigación para el Aprendizaje.