La exministra de la Suprema Corte de Justicia de México, Olga Sánchez Cordero, califica de “fatal” las amenazas de un partido político a magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
De visita en el país, la exministra Sánchez asegura que ella nunca ha vivido algún tipo de presiones durante 21 años como ministra, y que, si existen, eso es un “atentado contra la democracia”.
“La división de poderes estaría en juego. Yo no puedo imaginar la presión de un partido político a un ministro de la Suprema Corte, porque yo nunca lo sufrí, nunca lo tuve. Seguramente hay, pero es un atentado contra la democracia impresionante y contra la división de poderes de un país”, dijo ayer la ahora diputada constituyente mexicana en una entrevista que concedió a Diario El Mundo.
En el país, los magistrados de la Sala de lo Constitucional han sido el blanco de amenazas por la medida cautelar que habilitó el carril segregado del Sistema Integrado del Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss). El pasado 11 de mayo, cuando la medida entró en vigencia, un grupo de organizaciones afines al FMLN, lanzó una campaña de desacato a la Sala de lo Constitucional y, luego de una marcha, dañaron las instalaciones de la misma Corte Suprema de Justicia.
Ese día, a través de altoparlantes, los líderes de la manifestación llamaban a la población a que identificaran “las colonias y las residenciales donde viven los magistrados” y les advirtieron a los magistrados: “Somos capaces de irlos a sacar a sus oficinas”. El mismo grupo afín al partido de Gobierno advirtió a los jueces de la Sala: “Esta (protesta) es una muestra de lo que estamos dispuestos a hacer”. Y lanzaron otra amenaza: “Les vamos a estar chingando la vida a partir de ahora”.
A esa marcha, asistieron diputados de la Asamblea Legislativa del FMLN, entre ellos Blandino Nerio, quien se unió a las protestas de las organizaciones contra la Sala de lo Constitucional.