Hay una coincidencia entre historiadores salvadoreños en que el 15 de septiembre de 1821 no fue una fecha aislada y única de la Independencia de las provincias centroamericanas: todo fue un proceso cuya conmemoración de continuos bicentenarios ya inició. Esta es una fecha simbólica, punto de llegada y de partida, en una época en la cual han confluido malestares sociales, ideas liberales, grandes transformaciones en los derechos civiles y políticos, pero también luchas por el poder político y persecuciones contra republicanos.
A la asamblea de la firma del acta de Independencia asistieron unas 40 personas notables, una era mujer, María Dolores Bedoya, quien defendía la independencia absoluta.
Al filo de la independencia respecto a España, cuentan historiadores salvadoreños consultados por El Mundo, el dilema entre unirse a México con la esperanza de recibir beneficios por sus riquezas como primera opción y declarar la independencia absoluta para conformar una república federal como segunda opción pasó por profundas discusiones, presiones e incluso invasiones militares.
La independencia es una herencia que conlleva una responsabilidad mayúscula. La ciudadanía es derechos y responsabilidades, lastimosamente a nosotros no se nos ha educado en esa lógica y hemos tenido gobernantes que no han estado a la altura del pueblo”. Carlos Gregorio López Bernal, historiador salvadoreño, doctor en historia de la Universidad de Costa Rica.
Esta tensión, entre nobles o aristócratas de Guatemala –familia Aycinema, criollos y españoles– que promovían la anexión a México y los llamados republicanos –Pedro Molina y criollos de la Intendencia de San Salvador, como el cura José Matías Delgado y su sobrino Manuel José Arce– se vivió aquel día en el Palacio Nacional de Guatemala.
La historiadora María Eugenia López relata que alrededor del Palacio Nacional había una multitud que pedía la independencia absoluta –de España, México y cualquier otra nación– mientras adentro se avalaba el artículo segundo que posponía esa decisión: instaba a elecciones de diputados para que decidieran sobre esa independencia absoluta y fijaran una forma de gobierno con su ley fundamental. El numeral sexto programaba este congreso el 1 de marzo de 2022.
“Al menos logran incidir para que en ese día no se declare independencia y unión a México. Si esa fuerza republicana no insiste en ese numeral, en ese momento se hubiera declarado independencia y anexión a México, hoy a lo mejor fuéramos mexicanos”, subraya.
Sin embargo, el historiador Sajid Herrera advierte que el acta no aseguraba un futuro político para Centromérica porque, cuando la Junta Provisional de Guatemala dirigida por Gabino Gaínza decide declarar la independencia, “se deja plasmado que el congreso de diputados centroamericanos iba a decidir el futuro político de Centroamérica”. “Sí se declara la independencia respecto a España, pero no hay una apuesta de futuro político. ¿En quiénes dejaban esa tarea? En diputados electos por los pueblos”, reflexiona.
El historiador Carlos López Bernal se une a la reflexión sobre esta falta de rumbo: “No queda claro si es una independencia definitiva, no queda claro qué forma de gobierno se va a adaptar y, en tercer lugar, las autoridades constituidas siguen vigentes. No se tiene claridad de hacia dónde vamos y es un problema porque, si usted se independiza, necesita tener un punto adonde quiere ir. Veníamos de un gobierno monárquico constitucional y teníamos que optar por una forma de gobierno”.
A partir de la firma del Plan de Iguala, que marcó la independencia mexicana, el 24 de febrero de 1821, Agustín de Iturbide, que aspiraba a ser emperador en México y promovió la anexión de las provincias centroamericanas, empezó a negociar con las élites de comerciantes de Guatemala. La historiadora María Eugenia López cuenta cómo el comerciante guatemalteco Mariano Aycinena y el jefe político de la provincia de Guatemala, Gabino Gaínza, empiezan a manipular políticamente a Centroamérica y logran que, bajo presiones, convoquen a los ayuntamientos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala a una consulta popular sobre la unión a México. La consulta favoreció la anexión.
“No todos estuvieron de acuerdo: toda la parte de Santa Ana, Metapán, San Miguel, Usulután, Morazán, dijo ‘nos anexamos a México’. Solo la parte central de San Salvador, sobre todo alrededor de San Vicente y San Salvador, se mantuvieron alegando que había que respetar esa acta de independencia y continuar el rumbo bajo un sistema nuevo de gobierno, y no anexarse a México”, detalla.
Iturbide renuncia el 20 de marzo de 1823 tras luchas internas en México. Junto a él cayó el proyecto anexionista. “Fue un triunfo para los republicanos que iniciaron la convocatoria de ese congreso pendiente. Fue así como se declaró independencia absoluta el 1 de julio de 1823”, nos cuenta López. “Así surgió el nuevo sistema político de la unión de las provincias centroamericanas en la República Federal”, resume la historiadora.
En San Salvador, después de la firma del acta de independencia, se dieron luchas que giraron en torno a la elección de una junta con poder gubernativo. El ensayo “San Salvador, los últimos meses de 1821”, del historiador Sajid Herrera, cuenta cómo esta demanda provocó acaloradas discusiones entre el jefe subalterno de la provincia de San Salvador, Pedro Barriere, y republicanos que al final fueron tildados de “revoltosos” y algunos capturados por pretender una independencia de la capital del Reino de Guatemala.
Herrera señala que la versión de los allegados a Barriere era que la formación de dicha Junta Gubernativa era “subersiva” y “dañina”.
El historiador cita que Manuel José Arce explicaba que las “facultades de la Junta debían ser gubernativas” mientras Barriere le hacía ver “lo grave de una acción de tal naturaleza”.
Pese a que había un acuerdo para realizar la elección de una junta –aunque supeditada al Gobierno de Guatemala– el 7 de octubre de 1821, esta se frustró luego de arrestos de los demandantes. Sin embargo, Herrera cuenta cómo provincias como las de San Vicente y Apastepeque se oponen a Barriere y San Miguel condena el encarcelamiento de los republicanos y los ataques “en lo más sagrado del ciudadano, que es su libertad”.
De acuerdo al ensayo, Gabino Gaínza, jefe político de Guatemala, terminó desaprobando la actitud de Barriere, a quien le comunicó su sustitución por José Matías Delgado.
Fue así como el 10 de noviembre de 1821, registra el historiador, se realizan las elecciones de la Diputación de San Salvador con la participación de los representantes de Gotera, Zacatecoluca, Quezaltepeque, Olocuilta, Sensuntepeque, Usulután, San Salvador, Cojutepeque, Chalatenango, San Vicente. Eligieron a Manuel José Arce, Antonio José Cañas, Juan Manuel Rodríguez, Sixto Pineda y Basilio Zeceña; y José Matías Delgado y Manuel Molina y Cañas, por haber sido electos para la Diputación Provincial de Guatemala.
La elección era la antesala del Congreso pendiente del 1 de marzo de 1822 firmado en el acta de independencia de aquel 15 de septiembre. De acuerdo al historiador, esta Diputación de San Salvador se convirtió en una Junta Gubernativa Provisional y luego en un poder ejecutivo que continuó hasta la formación del Estado de El Salvador entre 1823 y 1824.
Cinco fechas claves de la historia
1811
Revueltas en San Salvador, Metapán, Usulután, Cojutepeque y Santiago Nonualco. El primer grito y el campanazo de José Matías Delgado es un mito descartado dice la historiadora María Eugenia López.
1820
Los primeros periódicos de Centroamérica, en Guatemala. El Editor Constitucional, fue fundado por Pedro Molina el 24 de julio de 1820. Meses después, el 16 de octubre de 1820 se creó el Amigo de la Patria, periódico semanal dirigido por José Cecilio del Valle.
1822
La Junta de Guatemala declara la anexión a México el 5 de enero de 1822. Pero Agustín de Iturbide envía tropas para someter a San Salvador y San Vicente. Hubo varios meses de resistencia.
1823
Primera Asamblea Nacional Constituyente. Se instaló una nueva legislación para la igualdad civil, pero “fue letra muerta” pues siguió aplicándose una ley parcializada según Julio César Pinto en “La Independencia y La Federación”.
1824
Representantes de la Intendencia de San Salvador y Alcaldía Mayor de Sonsonate en Congreso constituyente del Estado promulgan la Constitución el 12 de junio de 1824, que indica que el Estado se llamará “Estado de El Salvador”.