¿Por qué Nuevas Ideas ganó las elecciones? Es una pregunta recurrente pero en 2021 ya arrasó alcaldías y Asamblea Legislativa.
Yo pondría tres cosas. En primer, el desgaste y la frustración de la ciudadanía con los partidos políticos tradicionales, con Arena y FMLN, no solo fueron incapaces de mejorar para la gente su situación, fue muy evidente que se enriquecieron y fueron extremadamente corruptos. La segunda razón tiene que ver con la habilidad de Bukele como comunicador político, hábil y masivo de las redes sociales, como nunca lo había hecho antes en el país, y con muchos recursos, además, con un discurso populista. En tercer lugar, él compensó su falta de estructura partidaria a través de la creación de grandes redes de patronazgo y clientelismo masivo. Especialmente cuando llega a la Presidencia hace uso de los recursos del Estado para montar esta campaña sostenida de distribución de beneficios a la población. En un contexto en el cual la gente está extremadamente preocupada por su situación económica en que las oportunidades escasean, en que la pobreza ha aumentado, el hecho de tener o de presentar al Gobierno como un Gobierno dispuesto a repartir beneficios de forma masiva o consistente le ayudó mucho, especialmente en un contexto en el cual hay mucha decepción con los partidos tradicionales.
¿No es cierto que no hubo trabajo territorial y que solo es de redes?
Sí, yo no diría que solo fue una campaña virtual pero ese papel comenzó mucho antes, cuando no tenía todos los recursos, las redes eran importantes. Cuando llega al Gobierno, el uso de los recursos del Estado, particularmente las instituciones que tienen la capacidad de llegar a todos lados, la Policía y el Ejército. Y, en un contexto muy fuerte de privaciones por el que está pasando el pueblo, eso lo agradecen y lo agradecieron votando por su partido, más allá de todos los cuestionamientos que puedan haber, para la mayoría de gente el hecho que Bukele haga ese tipo de cosas es suficiente como para darle su apoyo casi incondicional.
“La mayor fuente de votos que beneficiaron a Bukele vienen del Frente... Los que más se fugaron del Frente son los sectores populares que han estado buscando una respuesta a sus problemas en los últimos 30 años".
¿Hacia dónde giraron sus votos el elector tradicional del FMLN y de Arena?
Te voy a contestar con cautela, ya no hago las encuestas. A juzgar por lo que estamos viendo, la mayor fuente de votos que beneficiaron a Bukele vienen del Frente, creo que él se benefició de todos lados, también de Arena, pero me parece que la pérdida mayor es claramente del FMLN, sobre todo entre los sectores populares y entre la clase media baja, obreros, la gente que trabajaba en el sector de servicios, urbanos, ahí es donde Bukele gana más. Los últimos que se habían beneficiado de este sector de la población era el FMLN, si te hago un recuento de cómo se ha venido comportando el electorado salvadoreño en los últimos 30 años, justo después del fin de la guerra, lo que tenés es una masa de gente que en los primeros años las clases medias votaban por el Frente y las clases populares votaban por Arena por una especie de patronazgo, porque eran los patrones, eran los que al final de cuentas les decían, si no ganamos nosotros no van a tener trabajo. Parte del éxito del Frente, logra romper ese límite que tenía con las clases medias educadas, que era la base del Frente, gana gente en las clases populares especialmente cuando empieza a usar los recursos del Estado, ahí hay un proceso lento pero sostenido que va usando recursos del Estado a medida va ganando diputaciones, alcaldías, eso le permite establecer sus propios esquemas de clientelismo y patronazgo, ganaba San Salvador, Soyapango, Mejicanos. Con la decepción respecto al Frente, Bukele gana sus espacios e inmediatamente hace lo mismo que hacía el Frente de manera más descarada y sostenida, me parece a mí, y es establecer esas relaciones de patronazgo y clientelismo político, que le permite ahora ser el político más popular en la historia del país.
Los sectores populares se movieron de apoyar a Arena, luego al Frente y ahora a Bukele. El hecho de que Arena no haya salido tan mal como el Frente es porque Arena ya se había quedado con lo que es su base anteriormente. Los que más se fugaron del Frente son los sectores populares que han estado buscando una respuesta a sus problemas en los últimos 30 años.
¿Cuáles son los escenarios posibles que tiene el presidente ahora con todo el poder?
Él tiene todo el poder, él podrá hacer lo que quiera hasta cierto punto y digo hasta cierto punto, no tanto porque internamente no tiene ningún contrapeso, ninguna atadura, pero la mayor atadura y eso se va a expresar muy pronto es la profunda crisis económica en la que está el país y la falta de recursos con la que él va a tener que gobernar. El problema que tiene ahora es, primero, El Salvador tiene una crisis económica muy fuerte, tiene un déficit fiscal a toda la región, tiene una deuda pública que le va a impedir invertir en programas sociales. Lo que ha estado haciendo antes de las elecciones lo ha hecho simplemente porque ha prestado dinero a tasas muy elevadas para poder crear esas redes de clientelismo, eso es insostenible a mediano plazo. No tiene de dónde sacar el dinero a menos que haya algunas cosas por ahí.
“Bukele no tiene ninguna capacidad de hacer eso, especialmente ahora que la administración Biden ve con preocupación al gobierno de Bukele. No hay manera que Bukele pueda comprar voluntades internacionalmente”.
¿A mediano plazo, cuánto tiempo?
Yo creo que a finales de este año estamos viendo las primeras expresiones de crisis, porque la gente votó por Bukele pero obviamente la gente va a estar esperando que Bukele siga distribuyendo y respondiendo en los mismos términos. El problema es que Bukele no tiene mucho de dónde sacar para hacerlo.
Déjame solo poner un paralelo que a pesar de las distancias tiene mucho en común. Lo que está pasando ahora recuerda mucho a cómo Chávez llegó al poder en Venezuela, Chávez llega sobre una profunda decepción con el sistema político tradicional donde un sistema partidario estable se derrumba a causa de incapacidad de recursos y la mayoría se vuelca por Chávez como el líder salvador. Chávez se benefició de ese proceso por el boom petrolero de finales de los 90 y principios del 2000. Venezuela tiene una cantidad de recursos que le permite orientar esos recursos a todos esos programas de desarrollo social y de clientelismo que lo fortalecen en el poder. Eso es lo que ha estado haciendo Bukele, pero Bukele lo ha estado haciendo sobre dinero prestado, lo cual ha puesto el país en una condición fiscal muy muy frágil. Chávez, en buena parte de su gestión, no lo hizo sobre dinero prestado, sino sobre la base en tener un respaldo de las reservas que le daban el petróleo y que le sirvió para crear relaciones clientelares en toda la región, que le proveyeron cierto espacio de apoyo político internacional. Bukele no tiene ninguna capacidad de hacer eso, especialmente ahora que la administración Biden ve con preocupación al gobierno de Bukele. No hay manera que Bukele pueda comprar voluntades internacionalmente y eso va a ser un problema. Él va a tener que ver cómo gobierna en esas condiciones. Cuando la gente empiece a ver que no hay más paquetes solidarios (de alimentos) eso va a comenzar a generar protestas y problemas. En ese contexto, la alianza con las fuerzas de seguridad, el Ejército y la Policía, es importante porque eso le va a dar cierta estabilidad pero hasta cierto punto porque al final de cuentas la gente con hambre va a salir a las calles o va a salir del país, al éxodo masivo que estamos viendo en Honduras. Vas a tener esos escenarios de mucha conflictividad política. Ese es el escenario más probable.
¿Hay alguna alternativa?
A ver, esto también crea oportunidades. Si tenemos que verle el lado positivo, probablemente impulse a la sociedad civil a reconstituir respuestas en defensa de las instituciones. El papel de los medios es muy importante, aunque es muy probable que el próximo objetivo central de la guerra de Bukele va a ser la prensa independiente, pero existe la posibilidad de que la prensa independiente pueda generar suficiente masa crítica como para obligar a Bukele a buscar soluciones más consensuadas. ¿Qué tan probable es? Va a depender de qué tan pronto se dé cuenta que esto es insostenible, gobernar sin recursos y sin apoyo político que no sea de las fuerzas de seguridad. Eso abre una oportunidad para que sectores de la población se involucren mucho más. A pesar que la victoria de Bukele es completamente legítima, clara y avasalladora, todavía tenés al menos 49 % o una tercera parte de la población que no participó. En algún momento esta gente debe meterse, al menos involucrarse cívicamente.
“Venezuela tiene una cantidad de recursos que le permite orientar recursos a programas y de clientelismo que lo fortalecen en el poder. Es lo que ha estado haciendo Bukele, pero lo ha estado haciendo sobre dinero prestado”.
¿Cuál es el poder de influencia de Estados Unidos en la ruta que tome Bukele?
Estados Unidos y la Embajada particularmente es el otro actor importante y es prácticamente el único actor de los inmediatos, habrá que ver la empresa privada, pero de los actores cruciales la administración de Biden y la Embajada es la única fuerza, como suelen decir en El Salvador, el único poder fáctico con la capacidad de oponerse al menos internamente a Bukele y va a jugar un papel importante en proteger instituciones fundamentales para el futuro de la democracia del país, la prensa, las organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de la defensa de los derechos humanos y organizaciones que trabajan por el desarrollo social. Si un papel puede jugar Estados Unidos es proteger estas instituciones y potenciarlas para chequear, poner contrapesos, a la acción de Bukele.
El perfil
José Miguel Cruz, investigador
Cargo actual: director de investigaciones del Kimberly Green Latin American and Caribbean Center de la Universidad Internacional de Florida.
Trayectoria: Director del Instituto de Opinión Pública de la Uca 1994-2006, catedrático.
Educación: Doctorado en Ciencias Políticas, Universidad de Valderbilt, Nashwille, maestría en política pública en América Latina, U. de Oxford.