Al conocerse la determinación del fin del TPS para los salvadoreños el presidente del Comité Nacional Partido Demócrata, Tom Perez, señaló que se trata de "una decisión cruel y sin corazón de parte de un presidente cruel y sin corazón".
Por su parte, el senador demócrata Tim Kaine apuntó en un comunicado que "nuestro país siempre ha recibido y protegido personas que precisan de refugio, pero en un año hemos visto al gobierno de Trump pisotear estos valores al demonizar inmigrantes y refugiados".
Por su parte, el legislador Joe Crowley apuntó en la red Twitter que la decisión de no renovar el TPS para los salvadoreños era "enfermiza".
Para la senadora Catherine Cortez Masto "revocar el TPS para los salvadoreños no solo separará familias, su deportación también los pondría en situaciones peligrosas y que amenazan sus vidas".
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Ya el 7 de noviembre pasado el DHS decidió no renovar el TPS para unos 5.300 ciudadanos nicaragüenses, protegidos en Estados Unidos desde que el huracán Mitch arrasó su país en octubre de 1998.
Poco después, el 20 de noviembre el DHS hizo lo mismo con la protección para unos 59.00 haitianos, en su mayoría sobrevivientes del terremoto de 2010.
Sin embargo, el gobierno decidió postergar la protección a unos 86.000 ciudadanos hondureños, hasta que las autoridades analicen si están dadas las condiciones para que esas personas retornen a su país, azotado por la violencia urbana.
Esa decisión sobre los hondureños tendrá que ser adoptada hasta el 5 de julio de este año.