Roberto Cañas economista firmante de Acuerdos de Paz


Al economista y académico Roberto Cañas le cuesta pensar en algo positivo del año 2016. Cree que este año ha dejado un “déficit” en todo. Ve un año marcado por la confrontación estéril, con pocos logros en seguridad pública y medidas que únicamente disfrazan la pobreza. Advierte que el único camino para enfrentar los desafíos financieros del Estado en 2017 será aumentar impuestos, pero, sugiere, que el aumento se aplique a “los que más tienen”.

 

¿Cómo definiría 2016 en una palabra?

Déficit, no solo fiscal, sino político, social. En cualquier aspecto de la vida hay carencias importantes. Por ejemplo, en la política, el bipartidismo está ensimismado en una confrontación estéril. Uno espera que la política sirva para eso, para resolver los problemas, ahí está el déficit. La confrontación en sí no es mala. Hay un déficit de la oposición, es una oposición que no ha evolucionado. El partido ARENA debería de hacer lo que hacen en partidos de democracias maduras, de crear gobiernos en la sombra, aquel que conforma el partido de oposición con críticos de las distintas carteras de Estado, el alterego del ministro, analizando el desempeño de la política pública, criticando pero ofreciendo soluciones. Entonces, una oposición que tiene un déficit. Se ha caracterizado por una oposición cerrada. En economía, un déficit fiscal. Hay un déficit en seguridad pública, está concentrada en control y represión de la delincuencia. Falta en el tema de la prevención, atención a las víctimas, las personas se quedan desamparadas, sin atención médica, psicológica.

 

¿Algo positivo?

La disposición de las personas, las que se quedan en el país, de buscar salir adelante con sus familias. Lo positivo es que a pesar de las dificultades las personas salen a la calle con la voluntad de salir adelante. Hay que pensar más en qué cosas pueden ser positivas. Me cuesta encontrar elementos que pueda decirle con rapidez: Eso es positivo.

 

¿Por qué cree que el presidente de la República no mejora su imagen?

Es una combinación de varios factores. Las personas, cuando le preguntan, lo que tienen en la cabeza es cómo está su situación. El liderazgo influye mucho, el generar confianza, ser mediático, motivar.

 

Este año estuvo marcado por la lucha contra la corrupción. ¿Cómo lo valora?

Ciertamente este año ha dominado mucho de la agenda informativa el tema, genera mucha cobertura mediática. La corrupción es efecto y no es un fenómeno nuevo. ¿Por qué será que este año tuvo un dimensionamiento tan grande? Hay, de parte de la agenda norteamericana, un interés marcado de lucha anticorrupción. Para la administración norteamericana es una fuente de desvíos de fondos públicos que podrían ser utilizados para programas sociales, se ven disminuidos de poder realizarse porque hay menos recursos. La persecución del fenómeno migratorio, cuando la ve en perspectiva, es grave porque los últimos tres expresidentes han estado involucrados en temas de corrupción y eso da una señal de que es un problema real, grave. Por supuesto que fallan los mecanismos que deberían ser preventivos, el informe de patrimonio, la contraloría social, la Corte de Cuentas, que históricamente ha sido tapadera de la corrupción. Es cierto, nadie puede negar que ha tenido presencia mediática, no es el problema más importante del país pero es ofensivo que en un país pobre se desvíen fondos públicos para un interés privado.

 

Nunca se había visto que un expresidente fuera acusado de corrupción.

Eso es nuevo. Era una regla de oro no escrita, que los presidentes eran intocables. En ARENA, los expresidentes formaban una instancia por encima del Coena. En el caso del partido de Gobierno, solo tiene un exgobernante, también se cumplía esa regla de oro.

 

¿Cuál es el principal problema, entonces?

Desigualdad, pobreza, exclusión. Hay un grupo de personas que tiene mucha riqueza y una gran cantidad de personas que no tiene nada, excluida del acceso a una educación de calidad, a una atención médica de calidad, a las nuevas tecnologías de información. A mí me hubiera gustado que este año hubiese sido el año contra la pobreza, además de contra la corrupción.

 

¿Este Gobierno no ha combatido la pobreza? ¿Medidas como paquetes escolares, el aumento de salario mínimo, no resuelven?

Ninguno de los gobiernos, esta es una deuda histórica. No se han puesto todos los esfuerzos para resolver estos problemas. Los programas sociales, tal como los ha implementado este Gobierno, disfrazan la pobreza, nadie puede estar en contra de que le entreguen un paquete escolar, pero la función de la escuela no es entregar uniformes ni zapatos, es provocar aprendizajes útiles para la vida. Obviamente es mejor hacerlo pero eso no son programas de combate a la pobreza, la mejor forma es generar empleo decente. El salario mínimo puede convertirse en una ilusión económica.



Este año, hubo riesgo de impago. ¿Qué perspectiva ve si la oposición delega al Gobierno la responsabilidad de decidir las medidas fiscales, y el Gobierno dice que será la correlación de votos la que definirá qué medidas fiscales se adoptarán?

El 2017 nace con un déficit de ingresos del Estado, no tiene para financiar sus deudas. Esa ha sido una constante, de financiar los presupuestos con deudas. A este Gobierno le estalló una bomba de deuda que ya estaba anunciada. Vamos a empezar 2017 con ese problema no resuelto.

 

¿Qué pasará si las fuerzas no acuerdan medidas fiscales?

Todos vamos a pagar ese costo. Si lo que predomina es el interés electoral de degastar al contrincante, pensando en que se va a convertir en un voto de castigo, es una visión equivocada. La realidad no funciona así. Ese juego que están jugando los partidos al final quien paga los costos es la población. En el largo plazo, nadie gana con ese juego. Es una oposición partidaria poco evolucionada porque su esfuerzo principal está orientado en desgastar al Gobierno. No es suficiente decir que hay que cambiar de rumbo. No. ¿Cuál es el rumbo que se propone? El deficit en la elaboración de pensamiento, no existe, solo es un discurso vacío.

 

¿Qué opciones le ve a las dificultades financieras con que iniciará el 2017?

¿Para el Gobierno? Para las finanzas públicas, otra vez volvemos a lo mismo: no se puede financiar la actividad del Gobierno si no se aumentan los impuestos; es que es inevitable, así es en Estados Unidos, así es en todas partes del mundo. Y la persona más temida en Estados Unidos es el taxman, que son impopulares, todo el mundo sabe, pero hay dos cosas claras: que hay que pagar impuestos y que uno se va a mejorar. Esto lleva a una reforma fiscal integral, hay que pasar a plantear la necesidad de un pacto fiscal.

 

¿Quiénes deben pagar el aumento de impuestos?

Los que tienen más, es el principio de la progresividad fiscal, de la equidad, así es en todas partes, esto no es una cosa izquierdista radical, así es en Europa, 40 %. En todas partes la carga tributaria tiende a ser más alta.

 

¿Qué efectos traería un aumento de dos puntos del IVA a la población?

A lo mejor eso es el resorte o el botón para un levantamiento social de dimensiones grandes. Entiendo que el Gobierno no está en (esa) idea. El IVA es regresivo, lo pagan por igual todas las personas.

 

¿Pero no tendrá apoyo en un año prelectoral?

No creo que nadie se aventure sabiendo que tiene un costo político. Hay medidas que tienen costo político cero, que se toman bastante antes de la elección, pero saben que medidas como esa no les va a salir gratis. Por ejemplo, la experiencia española, la corrupción le ha salido electoralmente gratis. Por eso todos van a ser cuidadosos.

 

 

En cuatro preguntas

 

Algunos hablan de un segundo acuerdo de nación. ¿Por qué no se ha logrado?

Como estamos atrapados en esa red de lo electoral, para la lógica del interés particular probablemente el buscar acuerdos de país se va a convertir en algo que pueda fortalecer al Gobierno, por supuesto que la ocasión es propicia para discutir cuál es la visión de país. La democracia es la administración de los disensos. Aquí no sabemos cómo queremos estar dentro de 10, 15, 25 años, todos los países desarrollados parten de eso. Enero debería ser una ocasión propicia.

 

¿Los actores de la paz han aprendido a vivir en democracia?

Habría que examinar cada uno de los casos. El Salvador no tiene esa cultura, aquí se resuelven los problemas por la vía violenta, no por la vía del diálogo o la vía de la negociación.

 

¿Sus deseos para 2017?

Que se buscaran consensos básicos para que por encima de las diferencias de los partidos se puedan encontrar soluciones a los problemas del país. El elemento central debería ser sacar adelante El Salvador. Pueden existir diferencias, es que eso no es el problema.

 

¿Qué deben hacer las alcaldías con sus finanzas?

Lo que evidencia esta crisis es que ni los alcaldes ni la oposición ni el Gobierno central se están poniendo creativos en la solución del problema. Parecería ser que están subsumidos en demandarle al Gobierno que entregue un subsidio. Es la visión del Gobierno que los municipios son incapaces de generar los ingresos para mantenerse y les da un fondo que complementa. Lo que hay que ver es no continuar con esta realidad. Hay que pensar en regionalizar el país y agrupar municipios que posibiliten que sean viables. No puede ser que los salarios y los aguinaldos se paguen con el Fodes.