La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) considera que El Salvador atraviesa una de sus peores crisis de libertad de expresión y de prensa en las últimas décadas. Con la pandemia de COVID-19, afirma, se han empeorado los ataques y restricciones a periodistas salvadoreños.
La organización publicó ayer su informe de Libertad de Prensa en Latinoamérica, en el que se menciona a los gobiernos de El Salvador, Chile, Aruba, y Trinidad y Tobago, por imponer “algún tipo de restricción al flujo de información” en los seis meses más recientes.
La pandemia, sin embargo, recrudeció las condiciones de la prensa en toda la región, sobre todo en Cuba, Nicaragua y Venezuela, indicó Christopher Barnes, presidente de la SIP, en sus conclusiones.
“La cobertura de la pandemia ha estado marcada en el continente por una tensa relación entre los medios y el poder político, sin distinción de ideologías, ya sea por controversias en conferencias de prensa, escasa información oficial o señalamientos de funcionarios gubernamentales contra opiniones e informaciones críticas”, como en el caso de los líderes de Estados Unidos, Donald Trump; de Brasil, Jair Bolsonaro; de México, Andrés Manuel López Obrador; de El Salvador, Nayib Bukele, y de Venezuela, Nicolás Maduro, añadió.
Ataques y bloqueos
El informe país de la SIP señala como un hecho sin precedentes la militarización de la Asamblea Legislativa el pasado 9 de febrero, fecha en la que se “comenzó a configurar un régimen autocrático de Gobierno”.
Se incrementaron descréditos e intimidaciones “ya sea directamente o a través de terceros, en persona o a través de las redes sociales”; así como bloqueo a preguntas durante conferencias de prensa a medios críticos, y bloqueo al derecho de información nombrando “funcionarios de confianza” en el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) “que debió renunciar tras las críticas recibidas”.