Solo en marzo de 2021 9,391 salvadoreños fueron detenidos por las autoridades fronterizas de Estados Unidos tratando de entrar ilegalmente a su territorio.

La cifra, publicada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés), es la más alta desde julio de 2019 cuando 9,976 connacionales fueron detenidos.

Tras un 2020 atípico por la pandemia, los flujos migratorios parecen volver a subir. Los especialistas temen que la tendencia sea el inicio de un nuevo repunte.

En los primeros seis meses de año fiscal 2021 (octubre 2020 a marzo 2021) el CBP detuvo a 29,141 salvadoreños, cifra casi tres veces la cantidad del mismo periodo del año fiscal 2020, un alza de 166 %.

Si bien El Salvador no es el país con mayor número de detenciones, experimenta una tendencia al alza desde el año pasado y tuvo en marzo un pico no visto en 21 meses cuando el número de detenciones comenzó a caer.



Las cifras del CBP revelan que casi la mitad de los salvadoreños detenidos en marzo son hombres que viajan solos o se trata de menores con o sin compañía (5,309 en total).

Reynaldo Alvergue, director ejecutivo de SOS Inmigración y especialista en el tema, cree que los traficantes de personas (“coyotes”) se han aprovechado del mensaje del presidente Joe Biden, quien dijo que ya no se separaría a los niños de los padres y que ahora los familiares pueden reclamar los niños para que no queden en albergues. “Muchos se aprovechan de los niños y el problema es que papás y coyotes los usan para ingresar”, valoró.
“El problema ha sido que los coyotes se han aprovechado del mensaje del presidente Biden que dijo que no se separaría a los niños de los padres”. Reynaldo Alvergue, Especialista en temas migratorios

Napoleón Campos, especialista en política internacional y migratoria, también respalda la idea de una “mala interpretación” del discurso de la Casa Blanca del que sostiene solo ofrece mejores garantías para quienes ya están en detención de humanizar el trato interno.

Sin embargo, Campos explica que los datos siguen bajos si se comparan con los de Guatemala y Honduras, países afectados además de la pandemia por dos potentes ciclones tropicales.



“Hasta hubiese pensado que los números fuesen más altos (en El Salvador). De alguna manera el proceso electoral detiene la intensidad del flujo migratorio porque se tiene una expectativa de que, tras las elecciones y reacomodos de poder, vengan cosas positivas a lo endémico que padecemos”, dijo.

Campos cree que es probable que las cifras suban si la población percibe que sus expectativas económicas no son cumplidas.

“Creo que ahora que venga el reacomodo de verdad tras el 1 de mayo (con la nueva configuración de la Asamblea Legislativa) y que la recuperación económica es muy lenta y se agoten expectativas por las posiciones de los aliados internacionales del país, ahí podríamos comenzar a tener los repuntes más importantes”, concluyó el investigador migratorio.