Hoy se estrena “Jamos Bond: Sin tiempo para morir” y estas son siete claves de la saga.
James Bond era un héroe de novela con más de 60 millones de ejemplares vendidos en el mundo en 1953. El espía nació hace seis décadas por el periodista británico Ian Fleming, que aportó al personaje su experiencia como espía al servicio de su Majestad durante la Segunda Guerra Mundial.
“Al servicio de su Majestad”, “El mundo no basta”, “Skyfall”, “Otro día para morir”... Con 25 películas en total de la saga oficial, producidas aún hoy en día por los descendientes de uno de los productores históricos, Albert R. Broccoli, cada generación tiene su James Bond de culto.
La franquicia es una de las más rentables de la historia del cine. Cada película se convierte en un escaparate de productos de lujo, bebidas alcohólicas, autos y relojes.
Fallecido el año pasado, Sean Connery fue el primer Bond, en “El satánico Dr. No”, y participó en las seis primeras películas. Le sucedieron: George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.
Agente secreto de su Majestad, James Bond trabaja para el MI6, el servicio de inteligencia exterior británico. El primer “0” de “007” significa que tiene permiso para matar, el segundo, que ya lo ha hecho, y el 7, es su código dentro del servicio.
El éxito de la saga se encuentra igualmente en sus frases de culto. Entre las más famosas destacan “Bond, James Bond” y el gusto de este espía por los cócteles de martini con vodka, “mezclado, no agitado”.
Sin sus archienemigos, Bond no sería nadie: del traficante de diamantes de Goldfinger a la organización criminal SPECTRE, dirigida por el infame Blofeld. Y para luchar contra ellos, 007 cuenta con un arsenal de dispositivos, tan temidos como estrafalarios: cigarrillos explosivos coches Aston Martin con matrículas que giran, lanza clavos y asientos eyectables, palos de esquí que disparan, reloj láser.
