Continúa el desalojo de los vendedores del Calvario
Jueves 16, Marzo 2023 - 3:30 AM
Comerciantes aseguran que mercados del centro capitalino como el “Sagrado Corazón” y “Mercado Central” no tienen suficiente espacio para albergarlos.
Vendedores informales ubicados en los alrededores de la iglesia El Calvario, en el Centro de San Salvador, continúan con el desalojo y desmontaje de sus puestos de trabajo, esto como parte de las medidas de reordenamiento que dirige la comuna capitalina.
El tramo intervenido corresponde sobre la 1a y 3a avenida Sur, (frente al nuevo mercado Hula Hula), la 6a calle Poniente, la avenida 29 de Agosto, la 4a calle Oriente y Poniente y la Plaza de Banderas del Mercado Central. Comerciantes aseguran que en dichos espacios trabajan más de 1,000 personas.
Rafael Aranivar era uno de los vendedores que desde tempranas horas realizaba trabajos de desmontaje sobre el sector conocido como "Los Coyotes”, él indicó que la orden de la comuna fue retirar sus ventas y locales sin dar una alternativa de reubicación.
"Nos dieron prácticamente tres días para que nos quitáramos de aquí, y con que no le han dado puesto a los que quitaron el año pasado, ahora a nosotros es mentira que nos darán porque ya no hay dónde, entonces nos tocará irnos a la casa porque ni ventas ambulantes quieren y no hay nada que podamos hacer”, manifestó Aranivar.
Él señaló que anteriormente solicitaron a la alcaldía un espacio que les permitiera continuar con sus ventas, pero no obtuvieron respuesta por parte de las autoridades.
Otro de los comerciantes en el sector era José Hernández, quien desde hace más de 15 años laboraba frente al mercado "Sagrado Corazón”, él expresó que mercados cercanos como el nombrado y el Mercado Central no tienen suficiente espacio para albergar a vendedores de sectores aledaños.
"Esto (el desalojo) se siente, acuérdese que aquí a orilla de calle se vendía, la gente compraba al paso, ¿pero ahora, cómo? sino tenemos donde vender”, declaró.
Vendedores de los sectores aledaños al Calvario expresaron que por temor a represalias empezaron a desarmar sus negocios y vender a precios inferiores la mercancía, a fin de obtener alguna ganancia de lo invertido.