“Cuando supe que era una estafa me tocó resignarme”
Martes 19, Julio 2022 - 3:10 AM
Un experto recomienda dedicar tiempo para validar si el lugar que se busca arrendar no es parte de una red de estafadores.
La familia de Franklin tenía ilusión de pasar dos días en la Costa del Sol, en vacaciones de la Semana Santa recién pasada. A última hora hicieron planes, pero el lugar que buscaron les canceló. En su desesperación, Franklin buscó en redes sociales algún rancho disponible para los días fuertes, viernes y sábado.
Tras revisar que la mayoría estaban ocupados para las fechas mayores, escribió en un grupo de Facebook para ver si alguien tenía un rancho disponible. "De repente me cayó un mensaje que tenían disponibles justamente los días que yo quería. Me pareció raro, pero como ya teníamos el entusiasmo de ir le pregunté”.
Después de negociar precio, revisar fotografías del supuesto rancho Beach Santa María, en la Costa del Sol y hablar con el "encargado”, platicó con su familia que deseaba aprovechar esos días libres. La casa en la playa cumplía con las expectativas de él y unas 12 personas que lo acompañarían y les costaría $300, "pero se tenía que depositar la mitad del precio para reservar”.
Dos días antes del viaje, él y su esposa hicieron el depósito en el banco, pese a una alerta: "Lo extraño es que dijo la cajera: ‘Mire, esta cuenta no se puede recibir más depósitos, porque han estado viniendo varias personas a lo mismo y la cantidad de dinero que pueden recibir ya está bloqueada”. Franklin llamó a su arrendatario y éste le dio otra cuenta a nombre de Henry Eduardo Miranda Paz. Entregó el dinero.
"El jueves, un día antes, le empecé a llamar para que me diera la ubicación exacta del lugar. Yo le había pedido fotos anteriormente, pero solo me mandó del interior”, relató este salvadoreño que solo recibió excusas y hasta respuestas de que no se trataba de ninguna estafa.
"En fin en la noche, ya para terminar le dije: ‘Si es una estafa decime, por lo menos ahorrame lo del microbús. Y ya no me contestó’. Desesperado, Franklin buscó en internet y halló a otra persona que había sido estafada con las mismas fotografías de Facebook y número de teléfono, pero para entonces el estafador ya había eliminado el sitio en la red social.
Franklin lamenta que además de los $150 incurrió en gastos de transporte y preparación de alimentación, que ascendían a unos $400, en total. "Cuando me di cuenta que era una estafa me tocó resignarme”, concluye este salvadoreño, que aún tres meses después desea denunciar y lo detiene que desconoce el procedimiento.
"Yo creo que el proceso es tedioso, largo y sin resultado y al final no sé con qué tipo de personas podía estar tratando yo, con todo eso del asedio de las pandillas, no creo que valiese la pena”, añade.