En el alambre desde el arranque de temporada, el Real Madrid terminó por caer a la lona en Lille (1-0), su primera derrota tras 36 partidos, lo que puede ser "un golpe de atención fantástico", según su técnico Carlo Ancelotti, para que su equipo muestre su verdadero potencial.
Es una evidencia. El transatlántico no navega a la velocidad esperada. Juntar estrellas en su ataque, con Kylian Mbappé añadido a Jude Bellingham, Rodrygo y Vinicius, además de Endrick como revulsivo, no ha provocado un festival de fútbol y goles.
El miércoles el Lille tuvo más ganas y fútbol que un Real Madrid apático, a la espera de un fogonazo que resolviera la papeleta. Pero esta vez el arreón final, una lluvia de balones al área, no encontró el premio para un equipo sin hambre durante 80 minutos.
La desidia
La desidia, le mencionaron al técnico blanco Carlo Ancelotti en rueda de prensa. Y el italiano no giró la cabeza: "Todo ha salido mal, nos ha costado ser más agresivos... No hemos dado una buena sensación. Eso es lo que me preocupa más, pero podemos aprender".
¿Se ha cansado de ganar el Real Madrid -seis Ligas de Campeones en diez años-? "Nos faltó agresividad, creatividad, en el fondo lo que tenemos siempre. Luchar un poco más", reconoció el arquero Andriy Lunin, de vuelta a la portería blanca por la lesión de Thibaut Courtois.
¿Cómo jugar sin Kroos?
Desde su retirada tras ganar la 15ª Liga de Campeones en Londres, el nombre de Toni Kroos aparece en todas las tertulias. El Real Madrid no fichó a un jugador que pueda reemplazarlo y ahora busca soluciones.
"Toni es insustituible, tenemos que buscar otra manera de jugar", reconoció Ancelotti antes de la derrota en el norte de Francia.
Ante el Lille optó por innovar. Jugaron en el medio los insustituibles Fede Valverde y Aurelien Tchouameni, junto con Eduardo Camavinga, de vuelta tras más de un mes lesionado.
El trío, de alto nivel, evidenció que necesita un líder, ese jugador capaz de tomar la manija y la temperatura al partido para dar a los suyos la solución adecuada.
La entrada de Luka Modric, camino de los 40 años, con más de media hora por jugar no cambió la tendencia ante un Lille lanzado a su histórica victoria.
Un cuarteto que necesita mejorar
Junto a Modric saltó al campo Mbappé, en sustitución de Endrick, la gran esperanza del fútbol brasileño, que pasó sin pena ni gloria por su primer partido como titular con el equipo blanco.
El fogoso atacante de 18 años había sido hasta ahora el primer relevo del 'cuadrado mágico' Bellingham-Vinicius-Mbappé-Rodrygo aprovechando bien sus minutos para dar que hablar.
Mbappé, la nueva joya de la corona, volvió a jugar, recuperado en una semana de la lesión muscular que sufrió ante el Alavés (victoria 3-2), partido en el que marcó su mejor gol con la elástica blanca.
En Lille el capitán de la selección francesa no brilló, tras unos primeros meses de rodaje en España: un puñado de goles, muchas ocasiones falladas y la impresión de tener mucho margen de mejoría.
Con Mbappé, Bellingham, cuyo aterrizaje el año pasado estuvo marcado por una gran racha de goles, se ha quedado seco, en parte porque ahora juega unos metros por detrás de la portería. "Las cosas no le salen como el año pasado", confirmó Ancelotti sobre el inglés.
Vinicius, menos regular que años anteriores, y Rodrygo, con apariciones esporádicas, completan el mejorable rendimiento de un cuarteto llamado a reinar.
A Ancelotti, que el año pasado calificaba como "una luna de miel" sentarse en el banquillo más prestigioso del planeta fútbol, le preguntaron en Lille si se había terminado el encanto. Arqueó la ceja, sonrió y pidió calma: "Espera un momento...".