“Trump es la personificación del rechazo hacia un sistema que no les responde a los estadounidenses ni a sus necesidades”

Jueves 07, Noviembre 2024 - 5:50 AM
Carl Meacham, presidente del tanque de pensamiento estadounidense Global Americans./Alvaro Cruz

Carl Meacham es un reconocido analista y académico con una trayectoria junto al partido Republicano, el partido de Donald Trump. En esta entrevista evalúa la victoria de Trump y las consecuencias hacia El Salvador.

Durante más de dos décadas, Carl Meacham ha estado estudiando América Latina y Centroamérica en particular. Fue la mano derecha del fallecido senador republicano, Richard Lugar, pieza clave en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Meacham además se desempeñó como Director del Programa de Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) y en puestos de liderazgo de alto nivel en asuntos gubernamentales y defensa de América Latina en Uber y PhRMA, y más recientemente como Director Gerente en FTI Consulting, centrándose en comunicaciones estratégicas, gestión de riesgos políticos y asuntos públicos para América Latina. Aunque nació en los Estados Unidos, Meacham se crió en Chile, el país de origen de su madre. Actualmente es el presidente de la organización Global Americans. Meacham dio esta entrevista a Diario El Mundo en Washington para analizar los resultados electorales del 5 de noviembre que dieron la victoria a Donald Trump. ¿Cual es la razón por la que los estadounidenses eligieron a Donald Trump? Es complicado. Yo te diría, creo que hay una mezcla de factores que nos han llevado a este momento. Creo que hay temas relacionados con la falta de respuestas apropiadas y a tiempo en cuestiones que tienen que ver con la economía estadounidense y el efecto de esa economía en el estadounidense promedio. Temas relacionados con la seguridad fronteriza e inmigración, y con, o quizás la falta de entendimiento de que el estadounidense promedio siente que el gobierno no le responde. Y lo que estamos viendo con Donald Trump es que es una figura que representa una ansia en contra de las instituciones y más por una respuesta no partidista, no institucional, no del establishment a esos problemas. Es una respuesta no tradicional y es la personificación de un rechazo que siente una gran parte de la población estadounidense hacia lo que consideran un sistema que no les responde a ellos ni a sus necesidades. Esa descripción suena muy parecida a la que hacen de Nayib Bukele en El Salvador. ¿Qué similitudes y qué diferencias ves entre ambos líderes? Una de las preguntas que tenemos es cómo esto afecta a quienes creen en la democracia. Yo fui criado valorando la democracia, crecí en Chile, mi mamá es chilena, viví en Chile durante la dictadura de Pinochet, y creo que eso me marcó en cuanto a mi perspectiva sobre una estructura de gobierno, el imperio de la ley. Entonces, cuando veo a estas figuras, noto que no se limitan en cómo hacen las cosas, ya sea porque quieren encontrar soluciones o satisfacer sus egos, lo cual es algo más humano. En el caso de los ciudadanos, que creo que es lo más importante, ellos desean respuestas a sus problemas, y una observación mía es que cuando hablamos de democracia o de que la democracia va a estar vulnerada, a la gente le importa más resolver sus problemas. En Estados Unidos, el tema económico es un tema muy fuerte: el precio de las mercancías está más alto, aunque la economía muestra bajo desempleo y la inflación se está controlando. Sin embargo, el estadounidense promedio cuando va al supermercado siente que su salario no le alcanza como antes. Quieren soluciones. En el caso de El Salvador, creo que la inseguridad era brutal. Aunque no soy salvadoreño, tengo amigos que lo son, y lo que entiendo de ellos es que la gente estaba desesperada por una solución, sin importar cómo se lograra. Ahí veo una similitud entre ambos líderes: están dispuestos a no ser ortodoxos en la forma en que buscan soluciones. Con Donald Trump, no se trataba tanto de que él fuera la solución a los problemas, aunque lo decían en la campaña. Más bien, representaba las actitudes de los votantes que él buscaba atraer, quienes sentían que Trump los entendía. Ahí radica la atracción. Esto generó que los grupos demográficos, a quienes los demócratas pensaban atraer con temas específicos, no respondieran como se esperaba. En lugar de enfocarse en grupos demográficos, Trump centró su mensaje en temas relevantes para todos, lo que explica su atractivo. Si uno revisa los temas de Trump, es inconsistente con cualquier otro candidato político del pasado. Tiene problemas legales, dos impeachments, el tema de Charlottesville, entre otros, que descalificarían a cualquier otro político, pero Trump persiste porque la gente lo ve luchando contra el status quo. Esto ha dominado la conversación y por eso el establishment estadounidense no lo entendió. Ahora, el tema migratorio fue como la bandera más alta que puso Trump, y el tema más emotivo de la campaña. Evidentemente esto afecta a países como El Salvador y a toda Centroamérica. ¿Qué tan realista puede ser el tema de las deportaciones masivas? Porque han mencionado hasta 15 millones de personas podrían ser deportadas. Sí, es una pregunta que todos tenemos. La última vez que se hizo algo similar fue en los años 1830 y 1840 con el presidente Jackson, que realizó el famoso "Trail of Tears" (Camino de las lágrimas), trasladando a los nativos americanos desde la costa este hasta el oeste del país, lo cual fue muy triste. Aquí, Trump pretende identificar el descontento que mucha gente tiene con la inmigración ilegal, vinculándola con el crimen. Para el estadounidense promedio, no es solo un tema de fairness (justicia), sino también un tema criminal, aunque no representa a la mayoría de migrantes. Pero este discurso fortalece el sentimiento de rechazo hacia quienes no siguen las reglas. También está el tema de la competencia laboral. Muchos piensan que los latinos toman los trabajos que los estadounidenses no quieren hacer, lo cual es un error. Esta perspectiva es paternalista y descalifica a los estadounidenses que necesitan esos empleos. No creo que la competencia laboral sea el núcleo del problema, pero es uno de los factores que lo define. En 2019 Trump anunció que eliminaría la ayuda a tres países centroamericanos, acusándolos de no hacer lo suficiente para detener el flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos. ¿Ves ese tipo de medidas en el horizonte? Va de la mano con lo que mencionaste. Creo que habrá una respuesta de políticas públicas para lidiar con esta situación. Con un gobierno republicano unitario, en el que el poder ejecutivo, legislativo y judicial son de derecha, es probable que Trump tenga las herramientas para avanzar con propuestas legislativas para manejar la inmigración. Si bien aún no sabemos si será tan radical como deportar a 15 millones de personas, algo en esa línea podría suceder. Trump ha estado repitiendo que quiere imponer aranceles a productos extranjeros y ha mencionado revisar el CAFTA (el TLC con Centroamérica). ¿Cómo podría afectar eso a la región? Tendrá impacto, como vimos con el USMCA, el antiguo NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). El tema central será la migración y, para Trump, los aranceles serán una forma de promover empleos domésticos. Sin embargo, si otros países responden con aranceles, los productos estadounidenses también se encarecerían. También está el tema de China, que estará observando y buscando aprovechar el momento. Para competir con China, Estados Unidos debería ayudar a sus socios comerciales a mejorar su infraestructura, pero no creo que ese sea el enfoque de Trump. Precisamente, ¿qué tan preocupante podría ser para Trump el avance de China en la región centroamericana? Ese es el tema central en los aranceles. Los países cercanos con infraestructura y seguridad podrían competir con China. En un mundo ideal, Estados Unidos ayudaría a estos socios comerciales a mejorar su infraestructura para abastecer el mercado estadounidense. Sin embargo, si Estados Unidos deja de comprar sus productos, la región tendrá que buscar otros mercados. ¿Qué lugares ocupa en la agenda de Trump temas como democracia, derechos humanos o el combate a la corrupción? Estamos por ver qué significa eso en su agenda, porque Trump no sigue las mismas pautas que otros líderes. Ha elogiado a líderes autoritarios como Putin y Xi, lo que genera la impresión de que admira el autoritarismo. Sin embargo, con un gobierno unitario, podría avanzar en sus propuestas sin necesidad de métodos autoritarios, aunque sus exgenerales han señalado su simpatía por esta visión. Probablemente el enfoque de Trump sea transaccional, buscando beneficios específicos de cada relación. Trump parece ser un negacionista en términos de medio ambiente y cambio climático, pero Centroamérica es una de las zonas más afectadas por este tema. ¿Cómo crees que Estados Unidos incluirá estos temas en su agenda para la región? El enfoque en el medio ambiente probablemente cambie. La mejor forma de entender sus prioridades es revisar el presupuesto, que refleja las verdaderas intenciones. Hasta ahora, el tema dominante ha sido el migratorio, más que los climáticos o de derechos humanos. Fortalecer la frontera ha sido el tema central para Trump.